MbM Group, empresa dedicada a la gestión de modelos de economía circular, elabora novedosas soluciones de protección personal para enfrentar los tiempos de pandemia, con plástico reciclado y otros materiales que mantienen su valor como insumo, en una solución que contribuirá a devolver la confianza al consumidor en el punto de venta.
- El modelo, que se está desarrollando en Chile, está siendo mirado de cerca también por empresas en México, Colombia y Argentina
Escudos faciales y mamparas para puntos de venta al detalle, como almacenes de barrio, elaborados a partir de residuos plásticos y de cartón reciclado. Mascarillas faciales fabricadas con ropa reciclada. Tres ejemplos de innovación en economía circular en tiempos de pandemia desarrollados por una empresa chilena que adaptó soluciones de reutilización para hacer un novedoso frente a la contingencia.
La idea de la firma MbM Group de reutilizar materiales, de acuerdo con las necesidades de la nueva realidad sanitaria global, surgió del propio objetivo de la compañía con relación a modelos de economía circular aplicada, donde el plástico y otros desechos se transforman y mantienen su valor siendo usados como materia prima en nuevos productos. Son utilizados por empresas de consumo masivo, entre otras, minimizando el impacto ambiental.
MbM Group, empresa que se dedica a innovar con productos hechos de residuos, a partir de modelos de economía circular, progresivamente ha incorporado productos elaborados con materiales reciclados a su portafolio. La principal área de negocio de la firma es la gestión sustentable de puntos de venta, cadenas de suministros y activaciones de marca, y su producto pionero es ARMO, un sistema de exhibiciones para punto de venta, modulares y fabricados con residuos plásticos, 100% reconfigurables y 100% reutilizables.
“Nos preguntamos cómo serán los puntos de venta en un par de meses más. Entonces, lo primero que pensamos es que los clientes tendrán que empezar a reconstruir confianzas para volver a comprar en un punto de venta fisico. Creemos que a partir de la asepsia y seguridad personal, se puede lograr parte de esa confianza. En esa lógica, encontramos también que otros residuos que manejamos, como las telas, podían convertirse en mascarillas”, dice Christian Arriagada, gerente I+D de MbM Group.
Los escudos faciales se fabrican en Chile a partir de láminas PET que provienen de botellas y envases plásticos que recolectores entregan a Integrity, una planta de reciclaje en Pudahuel, con quien MbM posee una alianza estratégica. La idea de MbM es que esos escudos faciales vuelvan al lugar donde fueron comprados o adquiridos, por ejemplo, el almacén de barrio, en el caso de una bebida, o a una peluquería, si se trata de un envase de champú o producto para el pelo.
“Los potenciales compradores -o mejor dicho los más interesados- son las empresas que envasan en PET (como bebidas y todo tipo de envases soplados), porque si bien los escudos son 100% reciclables, es con estas empresas en que el ciclo circular se cumple totalmente”, explica Arriagada. Sin embargo, destaca que estos productos le sirven a todas las compañías por su versatilidad, precio, calidad y bajo impacto al medio ambiente.
En el caso de las mamparas o “sobre mesones” el camino es parecido, aunque en este caso considera un cartón panal que se troquela en una imprenta local a partir de cartón reciclado, y la mica de PET reciclado que hace las veces de ventana protectora entre el almacenero y sus clientes
Las mascarillas faciales de tela utilizan ropa reciclada por una importante cadena de multitiendas en Chile. MbM Group, con su unidad de negocios Retex, recupera la ropa a través de un gestor de residuos que separa las mezclillas de algodones y otras telas. Las mezclillas se usan para hacer retazos largos con las que se confeccionan pecheras y otros artículos para el personal de la misma empresa, mientras que las camisas se sanitizan, se convierten en paños y se fabrican mascarillas dobles reversibles.
Reciclaje en una nueva realidad
La crisis global por el Covid-19, que ha obligado a las autoridades en todo el mundo a decretar cuarentenas y restricciones al movimiento de las personas para intentar contener los contagios, también ha acelerado los procesos de transformación y aparición de nuevos modelos de negocios al punto que los especialistas indican que el panorama difícilmente volverá a ser como antes.
La adaptación y flexibilidad para navegar en estas aguas es clave. En el caso de MbM Group, las soluciones provenientes del reciclaje responden a que la firma ya ha definido como política de sustentabilidad para el período 2020-2025 ser una empresa modelo que desempeñe un rol estratégico en potenciar de forma sostenible la economía circular.
“La economía circular se ha posicionado como una oportunidad estratégica para las organizaciones al generar impactos financieros, beneficios sustentables y cumplimiento de regulaciones, cambiando la manera en que se diseñan, producen y distribuyen productos y servicios. Lo anterior se logra mediante la implementación de soluciones tangibles, con un amplia variedad de iniciativas que consideran estrategias circulares como el reuso, la remanufactura y el reciclaje”, indica Fernanda Palacios, gerenta Comercial y Marketing de MbM Chile.
“La nueva realidad nos ha obligado a sumar propuestas a lo que ya veníamos empujando, que tenía que ver más con el reciclaje y reutilización desde los materiales, a lo que viene ahora que es y está siendo más una necesidad que vendrá de los clientes. Tiene que ver con protección personal y la experiencia de compra que se redefine y eso es un tremendo desafío”, agrega Fernanda.
“Las superficie de los supermercados, almacenes, tiendas y puntos de ventas en general tendrán que incorporar cambios de cara a la nueva realidad que se nos viene. Esto con el fin de dar tranquilidad y confianza a los consumidores que los visitan. Entonces, nos preguntamos cómo ayudamos a construir esa nueva tranquilidad y confianza para el consumidor. Encontramos la respuesta en innovaciones y soluciones adecuadas a ellas, para que la gente se sienta más segura en los puntos de ventas”, añade.
De acuerdo con cifras de Fundación Chile, en el país cada año se consume casi un millón de toneladas de plástico, de las cuales se reciclan 83.679 toneladas, lo que equivale sólo a un 8,5%.
Del total de plásticos reciclados, un 83% son de origen no domiciliario –es decir se generan en organizaciones comerciales, industriales e institucionales, incluyendo el sector de hoteles y restaurantes, retail y manufacturero- y un 17%