Por Ana Amar, Directora Regional de Corporate Citizenship
Hay gente que piensa que la sostenibilidad en los negocios es algo opcional, una moda entre las grandes empresas, o un plus para mejorar la reputación. Pero la contingencia actual ha puesto en el tapete, en forma brutal, la importancia de la capacidad de los negocios de sostenerse en el tiempo, y los múltiples factores sociales, ambientales y culturales que determinan ello.
En otras palabras, el Covid-19 hizo que la palabra “sostenibilidad” cobrara un sentido que nunca fue tan real. Una gran parte de las compañías a nivel global y local se están jugando en estos meses la subsistencia de su negocio. Ser sostenible no es ya un lujo o una moda, sino un determinante para seguir activos en el mercado.
En Chile, esta pandemia vino precedida de un estallido social de proporciones. Ambos eventos, cada uno por si sólo y más aún al haberse concatenado, han generado el efecto de un curso intensivo de sostenibilidad.
Hemos aprendido que ya no es suficiente apegarse a la mera legalidad, y que la sociedad espera de las empresas que hagan lo correcto, más allá de lo que la normativa y las leyes les permitan o impidan. Hemos aprendido que no basta con lo mínimo, y que la expectativa es que las empresas vayan más allá y, en la medida de sus posibilidades, hagan lo necesario para reducir las brechas y desigualdades que nos separan.
La sostenibilidad representa una mirada más amplia de los riesgos y oportunidades que presenta el entorno. Mas allá de los factores de riesgo financieros o los riesgos inherentes de cada negocio, esta mirada busca factores que pueden influir en el valor de la empresa. La gestión ética, la innovación, la estrategia ante el cambio climático, la relación con las comunidades, todos son parte de esta mirada y tarde o temprano pueden tener un impacto significativo en la operación. Las empresas que tienen ejercitado este músculo de prevenir posibles escenarios son mucho más resilientes ante una crisis como la que estamos viviendo por el coronavirus, incluso si no previnieron este escenario en particular.
Tal como dijo el CEO de Blackrock, esta pandemia ha revelado la fragilidad del mundo globalizado y el valor agregado de los portfolios sostenibles. De hecho, los fondos gestionados con criterios de sostenibilidad están teniendo un desempeño mejor que el mercado en general durante la crisis Covid. Por ejemplo, los fondos ESG de MSCI están teniendo un mejor retorno que sus pares tradicionales. Y un análisis realizado a mediados de Abril estudió el desempeño de 17 fondos ESG durante la crisis, y encontró que 12 de ellos habían perdido menos valor que el S&P 500.
Hoy las empresas están siendo evaluadas, no solo por su desempeño financiero, sino también por cómo están actuando hoy éticamente, por ejemplo con los sueldos y beneficios de sus empleados, y el apoyo a las comunidades para flanquear el COVID-19. Todos esperamos que la cuarentena detenga el avance de la pandemia, pero si hay algo que la cuarentena no logrará detener, es el avance de la sostenibilidad.