Por Pelayo Covarrubias, Presidente Fundación País Digital
No cabe duda de que año a año Chile crece con mucha fuerza en conectividad, sumando a miles de nuevas personas a la sociedad del conocimiento. De hecho, según datos entregados por Subtel, hace poco más de un mes, la penetración total de Internet móvil (3G+4G) llegó a 98,3% de la población al cierre de 2019, mientras que la de Internet fijo a un 54% de los hogares.
Estas cifras dan cuenta que la industria de telecomunicaciones ha realizado un gran trabajo en Chile, a partir de una inversión privada y una regulación pública, poniendo a Chile como uno de los países con mejor conectividad de Latinoamérica y entre los más competitivos en precios del mundo.
Y, si bien celebramos todo el crecimiento que se ha logrado, creemos que es clave hoy poner el esfuerzo en cerrar las brechas que aún mantenemos como sociedad, entre regiones y mundos urbanos y rurales. Según un diagnóstico que elaboramos el año pasado en la Mesa 16 de Compromiso País, en Chile aún hay alrededor de 77 mil personas, repartidas en 632 localidades de al menos 50 personas cada una, que no cuentan con acceso a estos servicios. Territorios principalmente en el mundo rural, donde a partir de la realidad observada producto del coronavirus y el necesario trabajo remoto o la educación a distancia, hace que tengamos que redoblar el esfuerzo en conectar a todo Chile, tanto en capacidades fijas como móviles.
Proyectos como los de Fibra Óptica Austral, Nacional y Prat, por ejemplo, son vitales para poder incluir a comunidades que aún están aisladas, pero sobre trabajar en la capilaridad que estas redes tengan al interior de esas localidades de manera de llegar pronto a todas las casas, colegios y servicios públicos. La pronta licitación de espectro para expandir la red 4G y comenzar a edificar el esperado 5G también aportará a esta máxima, permitiendo, además, que las industrias se digitalicen de la mano del IoT, haciendo posible que más personas puedan ejercer el teletrabajo desde sus hogares o los centros de salud las teleconsultas o telemedicina.
La entrada del “factor Covid-19” ha sido un propulsor de la transformación cultural y digital, en nuestras vidas y hoy, más que nunca, no contar con acceso a Internet o no saber cómo darle uso a este servicio implica un rezago aún mayor que el que enfrentamos durante el siglo pasado y que dejó a Latinoamérica y sus países con economías en vías de desarrollo en vez de haber sido parte de los países desarrollados.
Esta pandemia, nos está cambiando nuestros hábitos y la forma en que consumimos Internet a través de sus diferentes plataformas y dispositivos, de hecho, acorde a datos de la agencia We Are Social, los usuarios de Internet han aumentado el tiempo que destinan a conectarse, encontrando en la tecnología respuestas y soluciones a problemáticas de su cotidianeidad que hasta antes de esta crisis (y a pesar de que estaban disponibles las tecnologías) no se usaban, por lo que nos lleva a preguntarnos si ¿volverán esos usuarios a la vida análoga una vez superada la contingencia sanitaria?
Desde Fundación País Digital, creemos que no. Esto que estamos viviendo son cambios culturales, tan profundos, que esta pandemia heredará a nuestras vidas no sólo el recuerdo de vivir en cuarentenas en todo el mundo y los desafíos de cuidarnos colaborativamente como sociedades, sino que además cambiará nuestros hábitos de consumo, producción y trabajo quizás para siempre, empujándonos a abrazar una vida más digital y donde las telecomunicaciones tendrán un valor todavía mayor al que tienen hoy.