En el contexto global actual, las personas se han visto obligadas a socializar mediante nuevas aplicaciones, lo que ha dado mayor visibilidad a los problemas de uso y diseño de estas plataformas, por lo que las UX Designer han tenido que lograr que estas experiencias sean lo más útiles y placenteras posible.
La tecnología se ha vuelto el mejor aliado para posibilitar las conexiones humanas, en momentos de distanciamiento social y aislamiento obligatorio, viabilizando, además, de la mejor manera la continuidad de los trabajos. Un ejemplo de ello es la utilización de aplicaciones de uso social, como Zoom y WhatsApp, a las cuales, en promedio, las personas le están dedicando un 20% más de su tiempo actual y sus descargas han aumentado en un 90% con respecto a 2019, según un estudio realizado por App Annie, plataforma que analiza el uso de las aplicaciones.
Además del uso de aplicaciones de contacto social, en este periodo se ha evidenciado una mayor necesidad de diligencias online, haciendo que las compras por e-commerce aumenten hasta 300 veces, comparadas con tiempos normales, y los trámites (como uso de productos bancarios, pago de cuentas o la extracción de documentos con organismos del Estado) también aumenten.
Muchas de estas personas están usando por primera vez estas herramientas digitales, generando una nueva ola de usuarios “obligados” que están masivamente experimentando estos productos por primera vez. Esta situación provoca que los pequeños problemas de experiencia, diseño o usabilidad que podían existir en estas y otras aplicaciones, se vuelvan aún más visibles y dolorosos, por lo que las UX Designer han tenido la misión de lograr que estas experiencias sean lo más útiles y placenteras posible.
Diseñar o solucionar problemas considerando sus dificultades es algo que toma mayor importancia en este contexto, donde la demanda de los servicios digitales se ha incrementado no solo de forma voluntaria, sino que además con el interés de mantener una continuidad y viabilizar los negocios o actividades. Como vemos, existe aún una brecha por cubrir y mejorar y ¡hay trabajo por hacer para una UX Designer!
“No importa el rol que desempeñe una UX Designer dentro de su empresa, su trabajo puede ser llevado a remoto. Ellas se desenvuelven en un estado de constante investigación para conocer mejor al usuario y su contexto. Siempre está en búsqueda de generar empatía observando la conducta de los usuarios y conversando con ellos. Pero aún en este contexto de aislamiento social, es posible realizar estas actividades”, explica Marisol Alarcón, co-fundadora de Laboratoria Chile.
Según explica la experta, las UX Designers son las responsables de ayudar a entender, interpretar y tomar acciones sobre lo observado. Estos datos procesados junto con los resultados que lleguen a encontrar en la investigación les llevarán a determinar puntos de mejora en términos de usabilidad y flujo para mejorar un producto o servicio.
La ejecutiva agrega que estas profesionales “están capacitadas para adaptarse a escenarios complejos y dinámicos y encontrar las formas que los lleven a poder observar y conversar con sus usuarios en persona. Apoyándose del uso de herramientas en línea y considerando quizá el mayor tiempo disponible que tengan sus usuarios para participar de una entrevista, responder una encuesta o ser parte de un test de usabilidad. Más aún, el incremento de visitas a sitios web, aplicaciones o diferentes puntos de contacto online de una empresa hace que se generen una mayor cantidad de datos para analizar y poder entender mejor el comportamiento de los usuarios al momento de usar este producto o servicio”.
Estas últimas semanas el mundo se ha visto forzado a cambiar los métodos tradicionales y seguirán cambiando con el pasar de las semanas y las personas y la sociedad tendrán que adaptarse a las circunstancias, y por esa razón es necesario contar con ayuda para mejorar esta transición y optimizar los recursos destinados a desarrollo tecnológico. Y en este contexto, las UX Designers son un activo que pueden ser utilizadas para mantener las actividades económicas y reducir las interrogantes que plantea este contexto.
