Gracias a una iniciativa de Pacific Hydro, un grupo de costureras de Coya logró realizar en una semana 1.200 mascarillas, para entregar a instituciones y población vulnerable del valle del Cachapoal.
Como una forma de colaborar en medio de la crisis sanitaria, generada por la pandemia del coronavirus, un grupo de costureras de Villa Los Cipreses de Coya se propuso confeccionar al menos mil mascarillas, para entregar de forma completamente gratuita a la comunidad.
“Pacific Hydro nos planteó la idea, como forma de retribuir y de ayudar. Nos compró el género y los hilos”, cuenta Gloria López, quien preside la junta de vecinos y tenía los conocimientos necesarios para fabricar estos insumos. Ella, junto a un grupo de 15 mujeres, se capacitó en costura gracias al Fondo Concursable Creciendo Juntos de Pacific Hydro, instancia que les permitió adquirir máquinas de coser y emprender.
Luis Suárez, de la oficina de Relaciones Comunitarias de Pacific Hydro, fue quien se percató de la necesidad de mascarillas en instituciones de Coya. “Dentro de todo este proceso de cuarentena, me ha tocado conectarme con las instituciones locales y con las juntas de vecinos para saber cómo están; y de ahí nace la necesidad de mascarillas de varias personas. Pensando cómo podíamos trabajar en eso, se planteó la idea y el desafío. Y me contacté con Gloria y me dijo que sí. Lo conversamos como compañía y conseguimos los materiales rápidamente”, precisa.
“Fue entretenido. Fue una semana que nos demoramos, íbamos todos los días tres horas a trabajar, manteniendo los resguardos. Tenemos una sede grande, así que podíamos mantener la distancia que se pide”, explica Gloria López. Y reconoce que “aparte de sacarnos del estrés, la satisfacción de saber que estábamos ayudando a la comunidad es impagable”.
En total confeccionaron 1.200 mascarillas “hasta que nos dio el elástico”, afirma la presidenta de la junta de vecinos de Villa Los Cipreses. Este sector, fue uno de los escogidos para entregar parte de los insumos. “Primero decidimos ir en ayuda de Villa Cipreses, donde viven las costureras, como forma de retribuirles. Y después decidimos ir en la ayuda de la gente más vulnerable, incluyendo tres grupos de adultos mayores de Coya y Chacayes, e instituciones como Bomberos y el policlínico de Coya”, cuenta Luis Suárez.
