El comité tiene la misión de apoyar al Ministerio de Energía de nuestro país para elaborar una visión estratégica relacionada a la producción, uso y exportación del combustible del futuro.
El ex ministro de Medioambiente y actual director del Centro de Acción Climática de la PUCV, Marcelo Mena, fue convocado para integrar el Consejo Asesor para la elaboración de una estrategia nacional de hidrógeno verde para Chile. Mena, quien hasta hace poco se desempeñó como Gerente de Investigación en Cambio Climático del Banco Mundial, es además académico de la Escuela de Ingeniería Bioquímica y exalumno de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Considerando el difícil contexto que vive el mundo y nuestro país por el impacto de la pandemia del Covid-19, es necesario trabajar de manera colaborativa para abordar los desafíos que enfrenta Chile. Al respecto, el Consejo Asesor tiene la misión de apoyar al Ministerio de Energía para elaborar una visión estratégica, integral y ambiciosa para la producción, uso, exportación de hidrógeno verde –el combustible del futuro- con una visión del Estado para proyectarlo a largo plazo.
“Chile tiene capacidades de generación eléctrica muy por sobre la demanda que alguna vez va a tener. Y por tanto hay que encontrar formas de transformar esa energía en otros medios. Una forma es almacenarla en baterías para electro movilidad. Pero para usos intensivos, más bien industriales y de transporte pesado, sirven combustibles como el hidrógeno y el amoníaco”, explica el académico. A eso agrega que los bajos costos de energía de Chile, tanto presente como proyectados, hacen que la tendencia del hidrógeno sea cada vez más accesible, lo que significa que este tipo de combustible solar va a ser parte importante de la matriz exportadora del país y se va a poder utilizar en industrias como la aviación, el transporte marítimo y la minería. Además, puede reemplazar el amoníaco sucio que se utiliza para los procesos de fabricación de fertilizantes en el mundo.
El Consejo Asesor, además es integrado por el ex Presidente Ricardo Lagos; la exministra de Defensa, Vivianne Blanlot; el cofundador de Sistema B y TriCiclos, Gonzalo Muñoz; el economista Klaus Schmidt-Hebbel y la directora ejecutiva de la fundación Observatorio Fiscal, Jeannette von Wolfersdorff. Para Marcelo Mena, este comité es una buena combinación de profesionales con diversas miradas que, más allá de ser promotores de esta iniciativa, tienen una visión realista en cuanto a entender que además de avanzar en este proyecto, hay que tener claro cuáles son las transformaciones internas que demanda el proceso industrial para adoptar esta nueva tecnología.
A nivel internacional, las economías que aportan al 70% del PIB Mundial han desarrollado estrategias detalladas para promover el hidrógeno. Chile requiere avanzar en ofrecer energías renovables a bajo costo, aprovechando su potencial para liderar en el desarrollo y uso del hidrógeno verde, que como combustible no es nuevo: la tecnología existe desde hace décadas. Se utilizó, por ejemplo, en naves espaciales de la NASA. De hecho, el primer motor de combustión de la historia funcionó con hidrógeno.
Se ha propuesto para todas las industrias posibles, pues es el elemento químico más abundante en el universo, pero no había surgido como una alternativa 100% sostenible para generar grandes cantidades de energía. Cuando el hidrógeno se quema solo deja tras de sí vapor de agua, en lugar de los gases de efecto invernadero que provienen de los combustibles fósiles.
Para Chile, el hidrógeno verde representa la oportunidad de crear un nuevo polo de desarrollo e innovación, pues combina virtuosamente el cuidado del medioambiente con la creación de bienestar para las personas y jugar un rol central en la independencia energética.
De acuerdo a lo explicado por el Ministerio de Energía, esta estrategia traerá beneficios ambientales y económicos para el país, habilitando la reducción de emisiones de CO2 necesarias para alcanzar la carbono neutralidad al 2050 de manera eficiente y convirtiendo a Chile en un líder exportador de hidrógeno verde. Para lograrlo, el académico señala que los mayores desafíos tienen que ver con cómo se asegura el financiamiento de capital de riesgo para este tipo de inversiones. “Apostar hoy para ser beneficiados mañana”, señala Mena y ese es un desafío importante porque, a su juicio, nuestro país no ha hecho hasta ahora grandes apuestas tecnológicas. “La idea es que Chile no solo se comprometa a mitigar sus propias emisiones; espero que también apueste a una tecnología que permita a otros países sumarse a la revolución cero emisión, así que realmente es un momento muy especial y una oportunidad que no podemos desaprovechar”, concluye.