Por Karin Willeke, encargada de Sustentabilidad Corporativa en BASF.
“Modernizar la Educación Técnico-Profesional es, sin dudas, un desafío que nos obliga a trabajar estrechamente entre las empresas y los liceos”. Con estas palabras, hace poco más de un año, desde el Ministerio de Educación señalaban la importancia de la relación entre liceos y empresas para mejorar la educación técnico profesional del país.
Hoy, conmemorando un nuevo Día Mundial de la Educación, esta frase sigue latente.
El universo de la educación técnico profesional es más grande de lo que todos creen. Según cifras del Mineduc, actualmente en Chile hay 945 liceos técnico-profesionales, lo equivalente a un 36% del total de establecimientos de Educación Media. En la Educación Superior, en 2018 la matrícula de primer año de pregrado de IP y CFT representó el 53,7% del total, cifra mayor al 46,3% que equivale a los matriculados en universidades (156.589 personas).
Este es un segmento amplio y en el cual el sector privado puede ser un aporte para su crecimiento y desarrollo. En BASF trabajamos en esta línea con foco en lo social, ambiental y económico, principalmente en esta era de avances tecnológicos y de innovación, entregando herramientas que contribuyan a la forma en que los jóvenes enfrentan el mundo laboral.
Hemos tenido buenos resultados al hacer alianzas con partners, como por ejemplo con la Fundación Cristo Vive, Red Apis y la red de liceos técnicos de Sofofa, junto a los que desarrollamos, entre otros, el curso de Repintura Automotriz dirigido a personas con discapacidad auditiva, fomentando así la educación e inclusión.
El aporte de los cursos desarrollados con nuestros partners es significativo y valorado por el mercado y nuestros clientes, a quienes de paso contribuimos con soluciones para sus requerimientos. Recientemente generamos una alianza con DuocUC, en la que nuestros alumnos de Espacio Inclusivo podrán acceder a un Diplomado en Pintura Automotriz en dicho establecimiento educacional, el cual validó la mayoría de los módulos implementados en por BASF y la Fundación Cristo Vive.
El sector privado tiene una oportunidad de aportar con el futuro del país y sus nuevos trabajadores, procurando ser más que un espectador. El ir trabajando a la par de las instituciones educacionales está en nuestro ADN y es parte del sello corporativo de BASF y su propósito de ser un aporte a nuestros clientes y la sociedad, contribuyendo en la formación de profesionales y líderes del futuro.