Una de las principales razones para el crecimiento es económica: si hace cinco años la inversión inicial se recuperaba en 12 años, hoy retorna en 6 años. Luego de eso solo son ahorros.
Para Cintac, filial de Grupo CAP, la experiencia con las plantas fotovoltaicas partió en casa. En marzo de 2016, instaló en las cubiertas de naves industriales de su planta en Cerrillos la mayor planta fotovoltaica sobre cubierta de Sudamérica. ¿La razón? Cintac quería tener un suministro sustentable de energía en sus procesos productivos sin depender 100% de la red eléctrica.
Tres años después, la compañía –abierta en bolsa y donde participan también Moneda Asset y las AFP, entre otros accionistas- cuenta con 30 mil m2 de paneles fotovoltaicos con una potencia de 3 MWp, equivalente al consumo anual de electricidad de alrededor de 2.000 hogares, todo con una inversión de US$ 4,5 millones, que a su vez, es parte de un masterplan por US$ 12 millones y que considera extender los paneles fotovoltaicas a su planta de Lonquén para totalizar 8 MWP, 80 mil m2 construidos.
El impacto medioambiental de esta planta es considerable. Si se toma como referencia uno de los productos tradicionales de Cintac, los perfiles de acero galvanizados que componen el sistema Metalcon, la energía solar de la planta mitiga completamente la huella de carbono asociada al acero galvanizado, obtenida a partir de análisis de ciclo de vida (ACV).
Crece el negocio solar
A partir de esta experiencia “puertas adentro”, Cintac ha instalado paneles fotovoltaicos sobre cubierta en empresas de diversos rubros: viñas, bodegas, industria, centros de distribución, hospitales y comercios, como una solución para que estas compañías generen su propia energía y a la vez reduzcan lo que consumen de la red eléctrica. Así, ya totaliza 90 mil metros cuadrados de paneles fotovoltaicos, instalados sobre cubiertas entre la IV y la VIII Región, lo que lo convierte en el mayor instalador del país.
¿Cómo funciona el sistema? En simple, los fotones de luz son capturados por el panel solar a través de sus celdas, a su vez, este panel tiene un circuito que transforma la energía solar en corriente eléctrica. Dicha corriente viaja desde los paneles hacia un inversor, equipo encargado de convertir la corriente continua en corriente alterna, que es la de uso habitual en empresas y hogares.
El interés por estos sistemas ha crecido por varias razones: un costo más accesible en contraposición al alza sostenida de las cuentas eléctricas y por una mayor conciencia medioambiental que ha llevado a las empresas a reducir sus emisiones de CO2, y a utilizar energía renovable no convencional.
Como dato de los efectos medioambientales, la producción de electricidad con fuentes renovables, como la de la planta solar de Cintac, evita la emisión anual de más de 1.600 toneladas de CO2 a la atmósfera, similar a plantar cerca de 100.000 árboles al año.
Ahorro puede llegar al 100% de la cuenta de la luz
Por medio de los paneles fotovoltaicos, el autoconsumo puede llegar al 70% de lo que se consume tradicionalmente en la red. Y, se complementa por otra vía, la inyección de energía, que por ley debe ser valorizada y comprada por las distribuidoras a los usuarios. “El ahorro puede ser de 100% de la cuenta de la luz, pues el saldo de energía que el usuario inyecta a la red, se valoriza como si estuvieras autoconsumiendo”, asegura el ejecutivo.
En promedio, la inversión inicial en los paneles fotovoltaicos es de US$ 1 millón para generar 1 MWp de energía o lo que es equivalente a $70 millones por 100 KWp, que es en promedio lo requerido por una bodega.
Hace cinco años, la inversión se recuperaba en 12 años y hoy se recupera en 6 años porque los costos han bajado. Además, las plantas duran hasta 25 años, por lo que, una vez recuperada la inversión, solo se obtienen ahorros.
La instalación de los paneles se puede financiar de dos formas: con el “sistema fotovoltaico llave en mano”, modalidad en la que el cliente hace la inversión y opera la planta por sí mismo. O en el “sistema de venta de energía fotovoltaica” (o ESCO) en el cual Cintac invierte en los paneles y le vende al cliente la energía generada a un precio menor que la de la red eléctrica convencional. Esto, por un período de 15 o 20 años, porque posteriormente el sistema pasa a ser del usuario.
El próximo año, Cintac prevé instalar paneles fotovoltaicos en viviendas o industrias que por su ubicación no tienen acceso a la red eléctrica y por tanto dependen en 100% de este sistema. En este caso, la inversión inicial es alrededor de un 20% mayor, pues las plantas fotovoltaicas requieren de baterías y tienen un sistema de almacenaje. No obstante, en términos de costos sigue siendo una opción competitiva, pues las industrias que no tienen acceso a la red eléctrica utilizan generadores a diésel, cuyo valor puede ser hasta tres veces más caro que la energía convencional.
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