Por Nuria Hernández, gerente general de Unilever
Las cifras son claras. Según datos de la ONU, entre el 25% y 30% del total de los alimentos producidos en el mundo se pierde o se desperdicia, lo que equivale a cerca de 1.300 millones de toneladas al año, causando pérdidas de unos 680 mil millones de dólares en los países industrializados y de 310 mil millones en los países en desarrollo.
Aún más grave, el desperdicio de alimentos es responsable de entre el 8% y el 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero que genera el ser humano.
¿Podemos quedarnos tranquilos y seguir consumiendo como lo hemos hecho hasta ahora? Creemos firmemente que como ciudadanos tenemos un rol que cumplir para revertir estas cifras, y eso solo lo podemos alcanzar tomando conciencia y haciendo un cambio en nuestros hábitos, que van desde la planificación de la compra, el tratamiento que le damos a la comida, hasta cómo nos responsabilizamos de los restos y, finalmente, de los residuos que generamos con los alimentos.
En América Latina y el Caribe urge tomar medidas, somos responsables de un quinto de la comida que se pierde y desperdicia a nivel mundial -desde la post cosecha hasta el comercio minorista, tal como se afirma en el nuevo informe de FAO, “El estado mundial de la alimentación y la agricultura 2019”.
Poco a poco, se están tomando medidas. Argentina, por ejemplo, se convirtió hace unas semanas en el primer país del mundo en contar con un día para concientizar sobre la temática de la pérdida y desperdicio de alimentos. Un ejemplo que debemos seguir, la pregunta es cómo.
Para combatir de manera eficiente esta problemática es fundamental incorporar también el consumo de los hogares como un paso más en las diferentes etapas de la cadena de suministro, ya que hasta ahora la mayoría de los esfuerzos se han dirigido a prevenir el desperdicio a nivel industrial y comercial. Así lo hicieron hace tres años en Francia, donde prohibieron a los supermercados tirar la comida sobrante. Pero no se quedaron solo ahí. Instalaron el tema como parte de la educación escolar, incorporando a los ciudadanos en el círculo.
Por nuestra parte, en alianza con FAO, el Comité Nacional para la Prevención y Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos y Unilever, hemos fundado el movimiento Salvemos la Comida, una campaña con la que buscamos sensibilizar a las personas, poniendo atención en la responsabilidad de cada uno de nosotros. Queremos darle un giro a nuestros hábitos para poner fin al desperdicio de alimentos, haciendo foco en lo que hemos llamado las 4C: la Compra, Consumo, Conservación y Conversión de los alimentos.
La invitación es a detenernos un poco, a informarnos y pensar cómo es nuestra relación actual con la comida. Una invitación a usar la imaginación para generar el cambio. En el día mundial de la alimentación, súmate al movimiento y juntos, #SalvemosLaComida.
