Entre el 2 y el 13 de diciembre de 2019 se llevará a cabo la COP25 en Santiago de Chile, la cita de acciones climáticas más importante del mundo, planificada por los países que conforman la Organización de las Naciones Unidas.
En este contexto, es fundamental que el país proponga una serie de soluciones para el cambio climático, unas que cuenten con sustento científico y económico, que sean sostenibles y que a la larga contribuyan tanto a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero como a impulsar la economía del país.
¿Cómo combatir el cambio climático?
En el contexto de la COP25 y proyectando un país con cero emisiones de carbono para el futuro, la WWF (World Wildlife Fund o, en español, Fondo Mundial para la Naturaleza) ha propuesto una serie de acciones climáticas cuyo propósito es el de hacer frente a los desafíos ambientales posteriores al año 2020.
De un total de 15 propuestas, algunas de las más importantes son las siguientes:
Integrar medidas para un desarrollo bajo en emisiones y basadas en la naturaleza. La idea es que una economía baja en emisiones nacionales es posible, y que se deben implementar políticas que apunten a disminuirlas hasta en un 30% en 2030 con respecto a las que se midieron en 2010, con miras a alcanzar la neutralidad antes del año 2050.
Descarbonizar aceleradamente la matriz energética al 2030. Para lograr esto, es esencial atenerse de forma estricta al cronograma que busca cerrar las 28 centrales energéticas a carbón que aún están en funcionamiento. Si bien las termoeléctricas contribuyen con buena parte de la matriz energética, en teoría es posible suplir la demanda nacional mediante energías renovables y más limpias como la solar.
Transformar energéticamente los procesos económicos. La transformación energética se debe alcanzar de manera coherente y cohesionada, dando prioridad a la eficiencia energética (mediante un sistema nacional de monitoreo), líneas de transmisión (que incluyan a comunidades locales y con mínimo impacto), energía descentralizada (distribuida por redes de transmisión más inteligentes y desde recursos renovables) e implementación de electromovilidad en cada uno de estos procesos.
Promover una transición energética consciente con el medioambiente y las comunidades. El proceso de transición debe ser justo para todos, considerando especialmente a las zonas y comunidades que más podrían verse afectadas, procurando informar previa y responsablemente.
Potenciar e impulsar el conocimiento científico de ecosistemas marinos y costeros. Evaluar la capacidad de los ecosistemas costeros y marinos es primordial en un país cuya costa se extiende por miles de kilómetros. Conocer la estructura y composición de estos ecosistemas puede ayudar a generar herramientas más responsables tanto con la protección como con la producción, buscándose identificar zonas importantes para conservar la biodiversidad.
Construir ciudades más sustentables. Ciudades de todo el país muestran un incremento sostenido en cuanto al nivel poblacional, lo que exige hallar soluciones para el cambio climático coherentes para toda la ciudadanía. Las acciones climáticas deben nacer tanto a nivel estatal como a nivel local, incentivando a Seremis y municipios a participar de forma más activa hacia la sustentabilidad. La electromovilidad es una excelente tendencia, pero también se deben fortalecer aspectos como ciclovías, edificaciones inteligentes, planes reguladores sostenibles y procesos locales regidos por la filosofía de la economía circular.
Para entender cómo combatir el cambio climático, es fundamental integrar en la cultura la idea de acciones que busquen solucionar el problema de fondo y en miras de un crecimiento sustentable.