Tres amigos de la vida se encontraron en una etapa, donde buscaban darle sentido a lo que hacían. Cristóbal Arancibia, Benjamín Moreno y Felipe Arrigorriaga, con historia profesionales muy distintas y experiencias en industria y áreas diferentes, se unieron para crear Kruza, un emprendimiento colaborativo de zapatillas éticas y sustentables, basadas en la economía circular y los principios del comercio justo.
El modelo está basado en crear un sistema de recolección y reciclaje de desechos y convertirlos a través del upcycling en un producto nuevo. Las zapatillas son urbanas, con diseño de autor, con materiales nobles (cuero, algodón orgánico, caucho, etc) y son elaboradas de manera colaborativa.
Kruza nace para trabajar de forma local, honesta y a escala humana, buscando que el “Hecho en Chile” sea sinónimo de calidad, amigable con el medio ambiente y justo. Los tres socios tienen una pasión especial por las zapatillas, como un objeto de culto, como una forma de pararse sobre la tierra, de conectarse, de ser tú mismo en cualquier momento. El proceso ha sido una tremenda odisea, con mucho aprendizaje, y por sobre todo disfrutando cada una de las etapas. Empezaron a crear un pequeño ecosistema de recolección y reciclaje, éste ha sido la tarea más larga y complicada.
Conversamos con Felipe Arrigorriaga, socio de Kruza sobre los impactos de la marca de zapatillas sustentables.
¿Cuál el principal impacto?
El principal impacto de Kruza está en la industria local, pues buscamos impulsar el nuevo paradigma de la economía circular en la manufactura textil. Entonces es repensar una nueva forma de hacer moda, más amigable con el medio ambiente y que probablemente le pueda dar a Chile un nuevo aire en su forma de trabajar. Ahora bien, lo que buscamos es que la industria sea más digna y justa para sus trabajadores, eso creemos que es el impacto más profundo que nos gustaría lograr.
¿Cuál es la propuesta de valor? ¿Qué los diferencia?
Partimos de la base de ser un proyecto con triple impacto (planeta, comunidad, economía) y sobre eso trabajamos con la economía circular como sustento del funcionamiento de Kruza. Entonces partimos el proceso reciclando y reutilizando materiales que son desechos para diferentes empresas y personas. Después hacemos ecodiseño para pensar los modelos de zapatillas y definimos que nosotros no hacemos colecciones, sino que vamos trabajando sobre modelos que van cambiando con los materiales.
Actualmente las zapatillas que están en el mercado tienen sobre un 80% de materiales reciclados o reutilizados y seguimos trabajando para mejorar, buscando nuevas cosas para reciclar, mirando materialidades que sean amigables con el medio ambiente e investigando procesos productivos para ir disminuyendo nuestra huella y ojalá llegar a ser basura 0. También vamos a ofrecer la reparación de las zapatillas y su posterior reciclaje cuando hayan cumplido su vida útil.
¿Dónde se ven de aquí a un año?
En cuanto a lo que se viene este año son lanzamientos de un par de modelos más para hombre y mujer, nuevas materialidades como jeans, estrenamos pronto una nueva planta Kruza, algunas colaboraciones con arte y muchas sorpresas más. Para el futuro tenemos hartos planes, desde internacionalizar la marca, llegando a varios países y por otro lado nos mueve mucho el poder hacer I+D para desarrollar nuevos materiales que sean amigables con el medio ambiente y aprovechando los desechos que se generan en Chile. Estamos trabajando en mejorar procesos productivos y ya estamos pensando en nuevas líneas de producto, relacionados al mundo de la moda.