Mientras estudiaban biotecnología, estos emprendedores crearon una plataforma de inteligencia artificial que desarrolla proteínas para mejorar los procesos de la industria alimentaria y la salud humana. Con su startup Protera, mantienen un laboratorio en Chile y oficinas en Silicon Valley.
Avanzar en la ciencia de la ingeniería de proteínas para abordar los desafíos críticos en la industria de los alimentos, la agricultura, el medio ambiente y la salud, es el objetivo de Protera, un emprendimiento de biociencia único en Chile, formado en 2015 por un grupo de jóvenes biotecnólogos.
Su meta más ambiciosa es desbloquear el futuro de la comida, en un momento en que la industria agroalimentaria está en crisis y se prevé que a largo plazo el panorama empeore debido al aumento de la demanda y el agotamiento de los recursos naturales.
Leonardo Álvarez, CEO de Protera, cuenta que el comienzo no fue fácil, ya que el interés para invertir en este tipo de innovaciones aún es incipiente en nuestro país. “Partimos con aportes de Corfo e Incuba Austral, pero logramos dar un paso más allá cuando ganamos el segundo lugar en el World Cup Challenge 2016, la competencia internacional de startups de Microsoft. Ahí despertamos la atención de IndieBio, la mayor aceleradora de negocios de biotecnología a nivel mundial, que nos ofreció capital de inversión y un espacio para trabajar en Silicon Valley, San Francisco”.
Esta consolidación vino de la mano de MADI (Molecular Afinities Dinamics Interphase), la plataforma de Inteligencia Artificial -primera tecnología en el país y Latinoamérica- que crearon para desarrollar proteínas que mejoraran la calidad de los alimentos, entre otras cosas.
“Nuestro primer proyecto se basa en una enzima que modifica las grasas saturadas, produciendo un aceite de alto valor que evita la generación de grasas trans en aceites comestibles, por ejemplo, margarinas, manteca o aceite de mesa. Además, disminuye el impacto ambiental, al eliminar el uso de aceites de origen animal, y al utilizar plantas que no están en peligro de deforestación, como la palma”, explica Francia Navarrete, COO de Protera.
También están trabajando en un proyecto de economía circular, en el que aprovechan las plumas de pollo de desecho para producir harina de estas plumas con un mayor nivel nutricional que el que existe actualmente, con un proceso más rápido, económico y que disminuye problemas medioambientales. Esta harina se utiliza principalmente en la producción de alimentos para animales.
Lo último que están desarrollando es una proteína que retrasa la aparición de hongos en el pan de molde, de una semana a un mes. “Con MADI hemos diseñado proteínas que son capaces de evitar que los productos se contaminen con hongos, como por ejemplo el pan. Esta proteína es para consumo humano con la que el pan podrá durar mucho más, sin utilizar preservantes químicos, algo que creemos que las personas agradecerán”, comenta Leonardo.
A pesar de que sus mayores inversionistas están en Estados Unidos, Asia y Europa, y que deben viajar constantemente en búsqueda de nuevos capitales, afirman que mantienen su laboratorio en Santiago, donde actualmente trabajan con más de 15 científicos y distintos profesionales chilenos, en su objetivo de seguir construyendo camino para la innovación en el país.
Encontré la historia de esta Startup, navegando por casos de éxito que formen parte de la nueva economía circular para mis clases en la Escuela de Diseño de la Universidad de Talca. Estoy asombrado del altísimo nivel de los productos y alcance de esta startup. Deberían ser portada de varios diarios en Chile y Latam.
Gracias Cristián!