La iniciativa lanzó ayer la publicación “Transición Hídrica: el futuro del agua en Chile” la cual propone, de manera inédita, un nuevo modelo de gestión hídrica y presenta un portafolio de más de 200 medidas, acciones, y soluciones para reducir la Brecha Hídrica en Chile.
La iniciativa, es producto de un inédito proceso diálogo multisectorial de 55 instituciones públicas, privadas, ONGs y de la academia .
Un 80% de las medidas analizadas posee un impacto social bajo, un 84% genera un aporte ambiental; un 16% presentan impactos negativos ambientales y sociales. Un 52%, pueden ser implementadas en el corto plazo y un 41% en un mediano plazo, debido a que hoy existe el marco regulatorio e institucional necesario para su desarrollo.
Un nuevo modelo para la gestión del agua en Chile es la inédita propuesta que Escenarios Hídricos 2030 realiza a través de la publicación “Transición Hídrica: el futuro del agua en Chile” que fue lanzada ayer, en una jornada marcada por la reflexión de los sectores productivos en torno a la institucionalidad y la política de Estado que requiere el país para dar sustentabilidad y seguridad al recurso.
Por su ubicación geográfica y condiciones climáticas, Chile es uno de los países a nivel mundial que está siendo más afectado por el cambio climático, dado que cumple con siete de los nueve criterios de vulnerabilidad enunciados por la Convención Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En materia hídrica, está dentro de los 30 países de nivel global con mayor estrés hídrico[1].
“Transición Hídrica: el futuro del Agua en Chile” es el resultado de un proceso de diálogo multisectorial de más de 55 entidades públicas, privadas, ONGs y de la academia, coordinadas por Fundación Chile, Fundación Futuro Latinoamericano y Fundación Avina, que desde el año 2016 vienen trabajando en la construcción de escenarios posibles y hojas de ruta con medidas, acciones y soluciones concretas y efectivas que contribuyan a movilizar a los sectores público y privado a tomar decisiones oportunas para la seguridad y sustentabilidad del recurso.
La actividad contó con la participación del Secretario Ejecutivo de la comisión Nacional de Riego, Federico Errázuriz; el Superintendente de Servicios Sanitarios, Jorge Rivas la Asesora Ministerio de Obras Públicas, Mónica Ríos; la Representante en Chile del Banco Interamericano de Desarrollo, Yolanda Martínez; el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Ricardo Ariztía; la presidenta ejecutiva de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios, Jessica López; la Gerente de Desarrollo de la Sociedad Nacional de Minería, María Cristina Betancour; el gerente de Sustentabilidad y Nuevos Negocios de Fundación Chile, Andrés Pesce; el gerente general de FCH, Marcos Kulka; Ben Walton, co-fundador de ZomaLab; el Director Programático de Fundación Avina, Hernán Blanco; la Directora Ejecutiva de Chile Sustentable, Sara Larraín y el Representante en Chile de Fundación Futuro Latinoamericano, Diego Luna.
El gerente de Sustentabilidad y Nuevos Negocios de Fundación Chile, Andrés Pesce, señaló que “tenemos la convicción de que existe una necesidad país de generar trayectorias de desarrollo circular, que se desacoplen del uso de recursos y que sean de bajo impacto en el medio ambiente; es decir, que sean de crecimiento sostenible. La crisis del cambio climático se expresa de forma nítida en el agua. Hoy hacemos una invitación a trabajar juntos con una visión de sistemas y un portafolio de soluciones, que se conectan entre sí y que son específicas para cada territorio”.
Por su parte, Yolanda Martínez, representante del BID en Chile puso el acento en dimensionar el tamaño del desafío: “70% representa la superficie del planeta cubierta por agua, 2,5% corresponde a agua dulce y 0,62% al agua disponible para consumo humano, agrícola e industrial. Para el 2050 seremos más de 9 mil millones de habitantes”.
En la misma dirección, Óscar Cristi, Director General de Aguas del MOP, hizo énfasis en que “al 2050, la proyección de déficit de agua potable rural en la Región Metropolitana alcanzará el 83% y al menos 70 áreas de restricción actual pasarán a ser áreas de prohibición”. Además agregó que hoy existen desafíos que debemos abordar, tales como, la data disponible -no siempre confiable y consistente-, y “para ello trabajamos potenciando la hidrometría y la modelación de acuíferos para evaluar su estado efectivo”.
Cuatro pilares de acción
El modelo propuesto por EH2030 consta de cuatro ejes de acción definidos para alcanzar la Transición Hídrica. En primer lugar, la gestión e institucionalidad del agua, como el engranaje fundamental que moviliza y habilita soluciones en el corto, mediano y largo plazo. En segundo término, se apunta a proteger y conservar los ecosistemas hídricos, dado que son la base fundamental para la vida, prestadores de múltiples servicios ecosistémicos y cualquier desarrollo posible. El tercer eje destaca a la eficiencia y el uso estratégico del recurso, que apunta a manejar la demanda de agua en forma responsable. Se estima que el uso eficiente por parte de los sectores productivos de alto consumo, podría reducir considerablemente la brecha actual. Asimismo, se invita a avanzar en la priorización en el uso recurso, donde se garantice el derecho humano al agua. El último eje es la migración e incorporación de nuevas fuentes de agua, donde los usuarios intensivos del recurso deben desacoplarse de las fuentes de agua natural en la cuenca, dejándola disponible para otros usos vinculados a la conservación y mantención de procesos vitales.
Ulrike Broschek, líder de Escenarios Hídricos 2030, aseveró que “para transitar hacia un escenario hídrico sustentable en el país necesitamos un liderazgo a nivel nacional, un trabajo activo en el territorio y el compromiso de todos los actores públicos, privados y ciudadanía”.
Enfatizó que esto es necesario, dada las características de la institucionalidad actual, que está marcada por una excesiva fragmentación. “Hoy existen más de 40 organismos del Estado relacionados a la gestión del agua y no contamos con políticas hídricas, capacidades o recursos para hacer frente a la actual situación y dar seguridad hídrica a futuro. Si seguimos en el mismo rumbo, en el futuro el agua será una limitante para el desarrollo de nuestro país”, señaló Ulrike Broschek, Directora de Escenarios Hídricos 2030.
Portafolio de medidas, acciones y soluciones
La publicación da cuenta de un estudio desarrollado en seis cuencas, que fueron seleccionadas por ser representativas de diversas realidades y problemáticas hídricas en Chile (Copiapó, Aconcagua, Maipo, Maule, Lebu y Baker) y que arrojó entre las principales causas de los problemas que generan la Brecha y Riesgo Hídrico: un 44% de la deficiente gestión del recurso, debido a la falta de transparencia del mercado del agua y descoordinación de las instituciones que son parte de la cuenca. Le siguen como causas, el aumento de la demanda del agua por crecimiento de los sectores productivos y sobre otorgamiento de derechos de aprovechamiento de aguas con un 17%, la contaminación del agua debido a contaminación difusa de las actividades agrícolas y mineras con un 14%, la disminución de la oferta por baja de precipitaciones, retroceso de glaciares y sobreexplotación de acuíferos, con un 12%; daño ambiental por degradación de ecosistemas hídricos, con un 6%; desastres naturales por aumento de frecuencia de eventos extremos, con un 5% y 2% otros.
Con la Transición Hídrica como foco y para transitar a un escenario sustentable, la investigación propone un portafolio de más de 212 Medidas, Acciones y Soluciones (MAS) tecnológicas, ingenieriles, prácticas ancestrales, acciones de conservación y de gestión del recurso. De esta manera muestra la existencia de un amplio abanico de alternativas para aplicación en distintas escalas, sectores y usuarios del recurso. Se describen además los beneficios y externalidades que generan estas medidas, bajo análisis de regulación, impactos sociales y ambientales, costos de inversión y volumen de agua que podrían aportar a las cuencas.
Del total de MAS evaluadas, se identificó que un 80% posee un impacto social bajo, mientras el 84% genera un aporte ambiental, es decir, son iniciativas que contribuyen a la recuperación de vegetación, hábitat, especies endémicas y procesos hidrológicos, mejorando la calidad del agua y permitiendo la conservación del recurso.
El análisis del marco regulatorio e institucional indica que un 52% de las MAS pueden ser implementadas en el corto plazo y un 41% en un mediano plazo.
Entre las medidas consideradas pertinentes para las cuencas analizadas, cabe señalar que existe un grupo importante de soluciones relacionadas con conservación y protección de ecosistemas hídricos, así como uso eficiente y estratégico del recurso hídrico, que tienen costos de inversión bajos, aportan volúmenes medios de agua, pueden ser desarrolladas en un corto plazo y tienen externalidades ambientales y sociales positivas.
Algunas de las medidas que se consideran son la protección de las zonas naturales para recarga de acuíferos, forestación con especies nativas, reparación de las riberas de los ríos, pavimentos permeables y plazas de agua para recarga de acuíferos en zonas urbanas, tecnificación de riego y recambio a cultivos con menor requerimiento hídrico, entre otras.
Por otra parte, existe un grupo de medidas dentro del portafolio que son menores en número (16%), que tienen alta visibilidad en diferentes espacios de toma de decisiones y medios de difusión, como desalinización, embalses y trasvase de agua por tierra y mar, que permiten incorporar agua para reducir Brecha Hídrica, sin embargo, presentan impactos negativo ambiental y social, necesarios de mitigar y compensar para su adecuada implementación.
[1] World Resources Institute, 2015.