Por Diego Riveaux Marcet, Seremi del Medio Ambiente, Región Metropolitana de Santiago
Desde hace 45 años se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente con el objeto de generar conciencia respecto de la conservación del planeta y sus recursos. Este 2019, la ONU ha elegido como tema la “Contaminación del Aire”, para generar un llamado a la acción en el combate de este grave problema que afecta a millones de personas en el mundo.
Nuestro país no está ajeno a ello, y tampoco nuestra Región Metropolitana, que durante el invierno su cielo se torna gris por los episodios críticos de contaminación, y sobre lo cual estamos haciendo grandes esfuerzos para implementar medidas de descontaminación atmosférica. Por eso, tomando las palabras del Secretario General de la ONU, António Guterres, “Hoy más que nunca es necesario una Economía Verde, no gris. Gravar la contaminación, dejar de subvencionar los combustibles fósiles y dejar de construir nuevas centrales de carbón”.
“Es tiempo de Actuar”, como dice el lema de la COP25, y así lo ha entendido el Presidente Sebastián Piñera que acaba de anunciar el retiro y operación de todas las centrales termoeléctricas a carbón de aquí al año 2040, entre otras varias medidas de protección del medio ambiente como la implementación de la Ley REP y la prohibición de las bolsas plásticas. Nuestro país está haciendo su parte para tener un planeta con agua limpia, aire fresco y con un respeto a la gran diversidad de plantas y animales que tenemos. Muchos gobiernos y organizaciones ambientales están haciendo su parte también… pero ningún esfuerzo es suficiente si no existe la colaboración y compromiso de los ciudadanos. De nada sirve proteger la salud de la Tierra sino partimos nosotros mismos siendo amigables con el medio ambiente.
Pero, ¿qué significa esto?, no es más ni menos que tener un estilo de vida coherente con el medio ambiente, con el planeta. Debemos hacer de nuestra vida un continuo de prácticas amigables, que implican más que una toma de conciencia, un cambio de actitud en las formas de ser, hacer y estar en el mundo, es decir, una nueva manera de relacionarnos acorde con las necesidades de nuestro tiempo.
Y, ¿cómo podemos llevarlo a cabo?, la respuesta no es fácil, porque requiere de un cambio de actitud y acciones distintas a ciertas costumbres tan arraigadas en nuestra sociedad, en nuestras casas y lugares de trabajo. Se dice que las mejores experiencias aprendidas son cuando somos niños, pero también no es menos cierto que cuando se quiere, se puede.
Necesitamos comenzar desde nuestro hogar con acciones tan pequeñas como el ahorrar agua, manejar menos, cultivar y cuidar los animales son algunas de las formas para comenzar.
Y ¿cuáles otros consejos te daría? Algunas ideas con que partir: Compra bienes mínimamente empaquetados, reutiliza, recicla. No utilices leña para calefacionar tu hogar. Composta tus residuos orgánicos, usa cubiertos reutilizables cuando pidas comida delivery, lleva siempre una botella reutilizable para el agua, utiliza un transporte más sustentable como la bicicleta, camina, prefiere productos naturales, come más vegetales que carne, planta árboles nativos por sobre exóticos, deja tu jardín más silvestre para atraer abejas y mariposas, no uses pesticidas, provee de fuente de agua a animales y pájaros, come alimentos que se hayan cosechado o elaborado de manera más sostenible. Desconecta tus dispositivos eléctricos cuando no los uses, apaga las luces al salir de una habitación, usa solo lo necesario de calefacción, aísla tu casa, abre persianas, deja que entre la luz solar, hace bien al cuerpo, y sobre todo, le hará bien al planeta.
Tengo claro que no es fácil. A las autoridades tambén nos cuesta. Pero poco a poco hay que ir sumando.