La certificación LEED, que busca acreditar el uso de energía y agua de forma sustentable durante la construcción de obras, es una alternativa para ayudar a ese objetivo. Lo mismo ocurre con la creación de espacios verdes en las áreas de trabajo.
Disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero en 45% para 2030, es el último llamado que hicieron desde la Organización de Naciones Unidas (ONU) el pasado 9 de mayo a todos los Estados miembro. El organismo detectó que los efectos del calentamiento global avanzan más rápido de lo previsto y por eso pidieron a los países que tomen medidas con urgencia. En ese contexto, la industria inmobiliaria chilena cuenta con lo necesario para ser un aporte en esta causa.
Así al menos lo indica Keith Carrizo, director de Project Management de CBRE Chile, quien destaca la existencia de la certificación Leadership in Energy & Environmental Design (LEED): una acreditación que entrega el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos a edificios que cumplen ciertos requisitos durante su construcción y que permiten disminuir los gases invernadero.
“Cada vez que se habla de medidas de mitigación para descontaminar el aire y contribuir a una ciudad más verde, de inmediato se piensa en la regulación vehicular, en innovaciones como la electromovilidad y en el fomento de medios alternativos de viaje, lo que en cierta medida está bien, pero no es lo único. La certificación LEED de los edificios también pueden contribuir en buena medida a conseguir esos objetivos”, afirma al respecto Carrizo.
Para que una obra consiga esta acreditación se requiere que la obra alcance al menos 40 puntos de un máximo de 100 en una evaluación que mide siete áreas: ubicación y transporte, sitios sostenibles, uso eficiente del agua, energía y atmósfera, materiales y recursos, calidad del ambiente interior y, por último, innovación en el diseño. Desde 40 a 49 puntos se alcanza la categoría básica y, desde ahí en adelante, está la Silver, Gold y Platinium.
“Si bien ser LEED permite concretar la idea de ‘Construcción Sustentable’, nacida hace 10 años en Chile, la idea no es solo acumular credenciales, sino contribuir y ser más amigable con el planeta”, recalca Carrizo.
Pero no es todo. El especialista también apunta a que, aún conseguida la categoría, se puede seguir colaborando, usando espacios verdes en las estructuras de las obras. “Pensar en muros verdes, en pequeños patios internos con árboles o incluso, en acuarios no solo contribuye con la disminución de CO2, sino que también mejora el ánimo y el rendimiento de los trabajadores de una oficina que cuenta con estos detalles”, señala el ejecutivo.
Cabe mencionar que CBRE junto con la Universidad de Twente y la VU Amsterdam hicieron un estudio en la capital holandesa, titulado “Investigación de oficinas saludables” (“Healthy Offices Research”) a tres grupos de trabajadores de una compañía a la que se le implementó espacios verdes con plantas y árboles a espacios que antes no lo tenían. Después de siete meses de este hecho, 78% de los empleados manifestó que su felicidad aumentó gracias a estos espacios; 76% indicó que las áreas verdes le daban más energía; 65% aseguró que su salud había mejorado y 10% señaló que su productividad aumentó.