Por Nicolás Shea, fundador de Cumplo y Presidente del G100
Según cifras de la OCDE, Chile es el país con más emprendedores per cápita del mundo y hoy está muy bien posicionado como un importante HUB de innovación en la región. Somos testigos de cómo día a día el emprendimiento se ha ido tomando la agenda: programas especializados, secciones en los medios de comunicación y proyectos de ley, son algunas muestras de su relevancia.
Incluso, según el estudio Emprendo en Chile, realizado por Sodexo Beneficios e Incentivos, un 81% de los encuestados señala que el emprendimiento es fundamental para el país y un 51% tiene ganas de emprender en un futuro.
Estamos avanzando, pero falta muchísimo: solo el 8% de los emprendimientos supera los 42 meses y de ellos, un 60% son de niveles socioeconómicos medio-altos. ¿Por qué? Un 64% de los chilenos señala que es por falta de capital y un 57% considera que es difícil emprender en nuestro país.
Sabemos que no basta con el financiamiento para surgir, más importante aún es contar con consejos oportunos y redes de contactos. Es por esto que nace el G100, un grupo de emprendedores que busca fomentar e incentivar esta práctica, contribuyendo con recursos, experiencia y contactos, porque estamos convencidos de que el emprendimiento puede y debe democratizarse.
De hecho, hemos puesto todas nuestras energías en la producción de “Nada te Detiene”, un programa de talentos para emprendedores que próximamente será transmitido por TVN. En un mes postularon casi 2.500 emprendedores y los 100 finalistas están siendo mentoreados por miembros del G100 entre los que se encuentran emprendedores de la talla de Víctor Moller de Hortifrut, Sergio Cardone de Falabella y Arístides Benavente de Komax, quienes apoyarán a los emprendedores durante todo el proceso, y seguramente más allá de finalizado el programa.
El talento se distribuye de manera (estadísticamente) normal. Pero el acceso al capital, consejos/mentorías y contactos, no. Esta “falla”, terriblemente injusta, solo se puede corregir con un estado moderno, un mercado competitivo y una sociedad civil involucrada. Nuestro sueño es que en un futuro cercano, nadie en Chile pueda decir que su origen fue el único condicionante de su destino, sino que éste fue consecuencia de la audacia, la ética, el esfuerzo y el talento que desplegó durante el camino.