María Teresa Baena, Directora de Marketing de Corporate Services de Sodexo
A pesar de que, en general, el consumo de carne no disminuye, la alimentación vegetariana y vegana gana más adeptos en Chile. Hace algunos años era casi imposible encontrar en un comedor, ya sea de instituciones educacionales o de empresas, alimentos de clasificación vegana o vegetariana. En general, las preparaciones no variaban de lo tradicional.
Actualmente, las personas están más informadas y son más exigentes, conocen más de gastronomía y alimentación. Medio ambiente, ética y salud son los tres motivos más frecuentes por los cuales generan un cambio de hábito.
En el último tiempo, han emergido distintos tipos de consumidor, la tendencia más reciente es la del flexitarianismo, cuyos adeptos basan su alimentación en una dieta vegetariana, pero de manera ocasional y por diversas razones, consumen algunos productos de origen animal. Así, 9 de cada 10 personas ha adoptado alguna restricción alimentaria en su dieta. Así también, 42% está interesado en reducir el consumo de carnes rojas por salud (49% de las mujeres y 35% de los hombres), según un estudio Adimark para Chile Saludable, en 2017. Por esto, los cambios en las tendencias de consumo alimenticio de los comensales han llegado para quedarse.
En Sodexo contamos con un departamento especializado en observar hábitos y tendencias alimentarias del consumidor y detectamos este nuevo escenario que nos obligó a cambiar la alimentación en nuestros contratos, ya sea en cafeterías, como también en nuestros restaurantes. Desde 2010, incorporamos una oferta vegetariana y vegana en la línea de alimentación diaria, donde el mayor desafío, sin duda, ha sido adicionar proteínas alternativas variadas. Antes las opciones de bowl de ensaladas y verduras salteadas eran consideradas el plato vegetariano. Hoy, eso ha cambiado y contamos con un amplio recetario de preparaciones e incluso, hemos logrado que aquellas personas que se definen como “carnívoras”, incorporen una alimentación más saludable y consuman este tipo de alimentos como hamburguesas de legumbres o alimentos basados en soja, quinua.
La creación de experiencias de servicio que contribuyan con la Calidad de Vida de los consumidores está en el ADN de Sodexo. Esto va más allá de la alimentación, ya que se integran elementos como la ambientación, el mobiliario, la vajilla, la iluminación, la tecnología, programas saludables y de calidad de vida que incorporan evaluaciones nutricionales, recomendaciones para un estilo de vida saludable y actividades como charlas, fechas especiales, animaciones temáticas y ferias de bienestar.
Trabajamos siempre con la mirada puesta en la experiencia de nuestros consumidores. Este tema es uno de los desafíos para 2019, pues tenemos un nicho y un espacio de trabajo amplio donde desarrollarnos. Nuestros equipos de chefs y de nutricionistas del programa “Equilíbrate” están trabajando para promover una alimentación y estilos de vida saludables, entregando al consumidor las herramientas necesarias para que día a día logren tomar decisiones beneficiosas para la salud.
Una de las iniciativas del año pasado fue trabajar en conjunto con la ONG Vegetarianos Hoy, a través de la cual se implementó la campaña de Lunes sin carne, bajo el contexto de las actividades de prevención y promoción de la salud de nuestro programa Equilíbrate.
El cuidado del medio ambiente y la alimentación más saludable se han tomado las conversaciones. La cantidad de agua que se utiliza para la producción de los alimentos es una de las razones por las que las personas están dejando de consumir ciertos productos, además del maltrato animal y la vida sana. Por esto, los cambios que ha experimentado el consumidor en el siglo XXI son un desafío para todos, pues está preocupado no solo de su procedencia, sino también de los procesos, optando por alimentos más naturales y menos procesados. También está muy consciente en cómo los alimentos impactan en su organismo.
Hoy nos enfrentamos a consumidores que día a día quieren vivir una experiencia gastronómica única, pero que les garantice también que es amigable con el entorno y que produce la menor cantidad de desechos posible.