El Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), el Centro de Regulación del Genoma (CRG), la Universidad de Edimburgo y la Pontificia Universidad Católica (PUC) organizan el workshop que se desarrolla hasta el 25 de abril en la casa de estudios nacional.
Gracias a su rica biodiversidad y a que cuenta con algunas de las condiciones más extremas del planeta, Chile se ha convertido en un verdadero “laboratorio natural” para científicos de todas partes del mundo. Nuestros 4.000 kilómetros de costa, el Desierto de Atacama, los volcanes y la Antártica, por ejemplo, son objeto de investigación para quienes buscan entender el impacto del cambio climático y otros fenómenos ambientales.
Conscientes de esta ventaja, esta semana el Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), el Centro de Regulación del Genoma (Fondap), la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y la Universidad de Edimburgo, se encuentran organizando el workshop denominado “Biología Integrativa: de las moléculas a los ecosistemas en ambientes extremos”. El encuentro reúne a expertos chilenos y europeos con el propósito de fusionar sus experiencias buscando desarrollar planes que permitan la adaptación de las especies en climas y ecosistemas cambiantes.
El taller es patrocinado por la Organización Europea de Biología Molecular EMBO (por sus siglas en inglés), y surge a través de las diferentes investigaciones desarrolladas en Chile en torno a condiciones ambientales, ya que nuestro país cuenta con algunos de los escenarios más extremos del mundo. “Un ejemplo del verdadero “laboratorio natural” con que contamos son las bajas temperaturas del extremo sur o la flora existente en uno de los desiertos más áridos del mundo”, afirma el Dr. Rodrigo Gutiérrez,director alterno del iBio y profesor titular del Departamento de Genética Molecular y Microbiología de la PUC.
Además de las diferentes condiciones climáticas para estudiar, Chile también ofrece la oportunidad de investigar cómo diversas especies, incluidos los seres humanos, se han sobrepuesto al cambio climático y siguen existiendo. “La adaptación a este fenómeno está presente desde pequeños asentamientos en la cordillera de Los Andes hasta los pescadores que habitan en la costa, existiendo una enorme diversidad de respuestas a las condiciones ambientales; temperaturas extremas, radiación, falta de agua y alimentación”, afirma Gutiérrez.
Al respecto, Erick Schirmer, profesor de Biología Nuclear de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) agrega “Este workshop ha sido generosamente patrocinado por la Organización Europea de Biología Molecular, institución que tiene muy clara la importancia de la ciencia y de apoyar una mayor colaboración interdisciplinaria entre Europa y Sudamérica, particularmente con Chile, debido a la excelente ciencia que se está haciendo en el país y a sus increíbles recursos naturales”.
Los esfuerzos de los sistemas integrativos y de la biología sintética son más efectivos cuando se dispone de más y mejor información. El conocimiento adquirido a partir del estudio de la diversidad de organismos que se encuentran en Chile, podría ayudar a que en el futuro los expertos desarrollen cultivos resistentes al cambio climático, materiales menos contaminantes y de fácil degradación; además de generar mejores mecanismos para tratar la hipoxia (falta de oxigeno en la sangre) y el daño causado por otros fenómenos ambientales.