Por Karlfranz Koehle e Ignacio Pera, Abogados de Cumplo.
La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) ha emitido un documento denominado Lineamientos Generales para la Regulación del Crowdfunding y Servicios Relacionados, que contiene –valga la redundancia- los lineamientos generales para la dictación de una regulación para la industria del crowdfunding. Nos parece que se trata de un interesante esfuerzo de la CMF, tanto por lo que este documento dice como por aquello que no dice.
El White Paper se refiere someramente a las soluciones regulatorias que se han aplicado en otros países, como Australia, Brasil, Colombia y México. Resulta interesante en este sentido el análisis que efectúa la CMF de las soluciones comparadas y de su posible aplicación en Chile.
Así por ejemplo, la CMF explica por qué ha preferido evitar promover un modelo regulatorio tipo “sandbox” (aplicado en el Reino Unido) y optar en cambio por la promoción de un marco regulatorio proporcional y neutral a la tecnología, el cual permite -en nuestra opinión- velar por la protección de valores fundamentales para el crowdfunding, como lo son la innovación, el emprendimiento, la libertad para el desarrollo de nuevos modelos y la democratización de la industria del capital.
Al mismo tiempo, la CMF ha evitado caer en el típico pecado de los reguladores, que es tratar de regular todas las situaciones ab initio, subestimando de esa forma la realidad del mercado, la variedad de los actores involucrados, y la creatividad e innovación humana, que son –como señalamos anteriormente- valores especialmente presentes en la industria del crowdfunding.
En hora buena por la sabiduría de la CMF que esperamos se transmita a los reguladores, especialmente a nuestros parlamentarios, para que implementen la normativa correspondiente pero siguiendo la senda trazada por la CMF en este White Paper.
Esto porque conocemos experiencias de otros países, en los cuales las buenas intenciones y principios iniciales se diluyeron luego desafortunadamente en complejas y excesivas regulaciones, y ello debido principalmente al miedo o suspicacia de los reguladores con respecto a la libertad y autonomía de las personas (tanto para los derechos como los deberes), y a la intervención de algunos incumbentes del sector financiero tradicional que ven al crowdfunding más como una amenaza que como una oportunidad para las personas en general.
En este sentido, esperamos que el White Paper, no sea sólo una noticia que nos refresque en este caluroso verano, sino que se transforme luego en una normativa que refresque la industria del acceso a capital para todos los chilenos.
