Estudiaron Diseño de Vestuario mención Alta Costura en AIEP y sueñan con posicionarse en la industria de la moda. Su hija menor también sigue sus pasos.
El que quiere, puede. Bien lo sabe Graciela Rivera, la flamante titulada de Diseño de Vestuario mención Alta Costura, que obtuvo su título profesional a los 59 años, demostrando que nunca es tarde para lograr los sueños.
Siempre le interesó ingresar a la educación superior, algo que postergó durante años por diferentes motivos, como la falta de tiempo y priorizar por la educación y crianza de sus tres hijas, quienes la impulsaron a tomar la decisión de estudiar.
“Primero me propuse sacar mi enseñanza básica y media. Luego, mis hijas me animaron a profesionalizar lo que ya sabía”, comenta.
Se armó de valor y comenzó sus clases, relacionándose con una generación tres décadas más joven que ella. “Fue amor a primera vista con mis compañeros, me decían Tía. Cuando recibí el tituló se paró todo el auditorio a aplaudirme”, recuerda.
Reconoce que le costó, pero nunca reprobó una asignatura. Solo vio interrumpido su proceso de formación por una lesión en su mano, que la obligó a congelar en primer año. Cuando regresó, no lo hizo sola, su hija, Gabriela (27), había tomado la decisión de estudiar la misma carrera que ella, transformándose en su compañera de curso.
“Fue emocionante y muy gratificante. Siempre le decía, aquí en la sala eres mi compañera y afuera eres mi hija. Nos apoyamos en todo, siempre andábamos las dos, nos quedábamos el mayor tiempo posible para aprovechar los talleres de AIEP”, cuenta.
Por su parte, Gabriela califica como una experiencia “única” haber compartido con su madre en el ámbito académico. “Lo recordaré toda mi vida, tener el apoyo de ella tan cerca y haber hecho todos los trabajos juntas fue increíble. La considero un ejemplo de esfuerzo, perseverancia y responsabilidad. La edad no importa, sólo el entusiasmo por aprender”, asegura.
Nuevos objetivos
Actualmente Graciela trabaja en su propio taller y Gabriela se desempeña junto al diseñador chileno Matías Hernán. Ambas tienen la intención de emprender juntas y posicionarse en el competitivo mundo de la moda.
“Nuestra meta es tener nuestra marca, potenciarnos y llegar a vivir de esto, porque es lo que nos apasiona”, indica la joven, quien anticipa que la empresa tendrá un tercer integrante, su nombre es Francisca (26), la hija menor del clan, que actualmente cursa el segundo año de la carrera en la misma institución.
Desafío Viña 2019
Una de las principales experiencias que han tenido juntas ocurrió en los días previos al Festival de Viña del Mar 2019. Las tres fueron contactadas por The Love Company para colaborar en la confección de los trajes que utiliza Cristina González, periodista encargada de las entrevistas en backstage.
El equipo lo lideró el Gabriel Zamora, diseñador nacional que siente una especial admiración por esta historia familiar, que conoció en su rol como docente.
“Es muy bonita su historia. Las felicito y las estamos llenando de coraje para que sigan adelante con su proyecto. En este desafío nosotros hicimos la dirección creativa y dirección de arte. Luego ellas, junto Cristian Valero, ejecutaron la manufactura del vestido, desde la toma de medida hasta la entrega”, explica.
