En 2016, el Servicio Nacional de Menores (Sename) informó que en 11 años murieron 1.313 niños bajo la protección del servicio en algunas de sus modalidades.
Por Valentina Bastías Atias
Por esta razón, las instituciones que promuevan el fortalecimiento de las familias se hacen más necesarias en la actualidad, para que la única vía para remediar las disfuncionalidades en los núcleos familiares no sea la derivación de un niño a un centro asistencial.
Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Chile siete de cada 10 niños han recibido algún tipo de maltrato de parte de su madre y/o padre.
Estas cifras impulsan a que organizaciones privadas o no gubernamentales busquen paliar la realidad de la protección infantil chilena.
Una de estas instituciones es Aldeas S.O.S. Chile que, a través de cuatro programas, tienen como misión que las familias permanezcan unidas por medio de trabajos preventivos.
Su directora nacional, Alejandra Riveros, señala en una entrevista con Diario Sustentable que una de las cosas más importantes para ellos es la organización de los niños y niñas para la vida en términos de protección
“Mientras más capacidades tienes para vincularte con otros, o de conocer el medio y vincularte con otras personas, mucho más protegido vas a estar”, asevera la líder de la ONG que lleva más de medio siglo en Chile.
Este verano celebraron por primera vez en la Aldea de Bulnes un “Campamento de verano”, donde reunieron a unos 80 adolescentes entre 16 y 18 años provenientes desde Arica hasta Ancud.
“Hay chicos que nunca han salido de la población donde vivían. Llegaron a una aldea y gracias a la aldea pueden conocer esa región y ahora salen de esa región y vienen a otro lugar”, destaca la abogada de profesión.
En el programa estival los jóvenes participaron en cursos de Gastronomía Consciente, Educación Ambiental, Lenguaje Audiovisual y Bio Construcción, impartido por un cuerpo de expertos españoles y otros profesionales chilenos.
“La misión del Campo de Verano es ser un campo sicoeducativo en el sentido de conectarte con la naturaleza, agricultura, eco construcción, con que tú puedes hacer cosas, conectarte con otros saberes”, abunda Riveros.
Aldeas SOS Chile incentiva cuatro entornos protectores para los niños: “La aldea”, que son 5 a 7 casas, donde en cada una de ellas vive una cuidadora con 5 a 7 niños, que en la actualidad suman 13 en todo el país.
“Cuidadora SOS”, cuando se pone a disposición una persona que vive en la misma casa con los niños y niñas a su cargo.
También “Hermanos SOS” que busca crear lazos familiares que se desarrollan naturalmente, donde niñas y niños de diferentes edades viven juntos dentro de un mismo entorno familiar y “La casa”, que tiene por misión que los niños residan con sus padres.
“Los niños llegan por desprotección, nosotros queremos trabajar todo lo contrario”, enfatiza la directora.
Riveros lamenta que en Chile no existe un sistema de protección administrativo, como en Brasil, Uruguay o Ecuador, en caso de maltrato inicial.
En estos países el municipio o sistema de protección local despliega su aparato y trabaja con la familia para tomar medidas administrativas y no judicializadas, por lo tanto, el niño no sale de la familia y hay un equipo que interviene en los hogares.
“El primer problema acá es que todo se judicializa, porque no hay esta protección sexual, este dispositivo administrativo. Con suerte hay una oficina de protección y que no hace la pega”, advierte la magíster en Gestión y Políticas Públicas.
Para ejemplificar, Riveros detalla que si a un niño no lo bañan en una semana lo envían a algún centro y eso se puede solucionar de otra forma, como la asistencia dentro del hogar e identificar los problemas de los padres.
Aunque recalca que el abandono de niños no solo está presente en los barrios más pobres, porque en la clase alta también hay descuido de menores.
“La vida de ellos es administrada por la nana y los padres prácticamente no están. Entonces tenemos situaciones a nivel país importante. La familia ha ido perdiendo, por alguna razón, su capacidad de cuidado”, dice.
Este 2019 se cumplen 30 años desde que Chile fue parte de los países que suscribieron a la “Convención sobre los derechos de los niños” de la Unicef, y 9 de la rúbrica de las “Directrices sobre las modalidades alternativas de cuidado de los niños”.
Sin embargo, la experta recalca que los cambios en el país han sido “muy lentos” y la subvención a programas que apoyen estas líneas es una “solución parche” de un “gran problema”.
“Debiésemos tener un sistema integral de protección, un sistema integral de garantías donde el Estado le garantice a todos los niños de Chile el ejercicio progresivo de sus derechos”, remata.