El viento es el principal enemigo de los grandes medios de transporte terrestres al momento de transitar por las carreteras. Aproximadamente el 90% de la energía utilizada en esta acción es sólo para contrarrestar su fuerza. La misión de SmartWings, un generador de vórtices, es ayudar a disminuir este gasto de energía, modificando la forma en la que el vehículo enfrenta al viento.
El inventor de “SmartWings” es Rodrigo Riveros Salazar, Ingeniero Civil Aeroespacial titulado de la Universidad de Concepción, quien vio en esta industria una oportunidad para continuar ejercitando sus conocimientos. También ha participado en iniciativas ligadas a la sustentabilidad, sin ir más lejos, forma parte del Equipo Solar, creadores del auto solar AntüNekul2S que compitió en la Carrera Solar Atacama en 2016, y en el Desafío Solar Patagonia en 2017. Con la Corporación Equipo Solar además, durante 2018 se dedicó a introducir programas en colegios y liceos de la Provincia para acercar este tipo de tecnologías a niños y a jóvenes.
Principalmente, lo que busca este ingeniero, es comenzar a hacer más sustentable un mercado altamente contaminante, como es el transporte terrestre. Igualmente, por la necesidad de seguir explorando su campo de conocimiento: “Era necesario idear un proyecto para continuar el modelo de trabajo que llevaba hasta ese entonces: Innovación y proyectos tecnológicos. Además, para aplicar conocimientos específicos del área de la aerodinámica, muy poco trabajada en Chile, en cosas de uso más cotidiano, no sólo aviones”, comenta. La elección del rubro es clara: según el INE, hacia 2016, 20.831 vehículos eran usados para el transporte de carga por carretera, mientras que en transporte interurbano, se utilizaban un total de 3.908. Un mercado rentable, con alta disposición al ahorro optando por soluciones concretas.
Riveros relata que la idea del proyecto comenzó a desarrollarla a fines de 2017 y trabajando gran parte de 2018 en el diseño del producto en una oficina que comparte con amistades en Concepción, profesionales dedicados a la innovación en distintas áreas. Con el apoyo de Corfo obtuvo lo esencial para diseñarlo y fabricarlo. El diseño lo hizo en un programa computacional 3D y luego continuó en uno de simulación de fluidos donde fue capaz ver los efectos que éste generaba en el aire y cómo era posible mejorarlo: “Así, hice más de 80 diseños distintos para encontrar el óptimo. Después lo imprimí en 3D para obtener un molde del cual salieron finalmente los primeros 90 dispositivos fabricados en resina”.
La ventaja de SmartWings –alas inteligentes-, en palabras simples, es hacer que el vehículo consuma menos combustible, reduciendo la contaminación al evitar que esos gases de efecto invernadero se liberen al ambiente. Para que tenga resultado, se pegan alrededor de 45 dispositivos a su superficie, en una zona que se especifica según el tipo y el modelo del vehículo. “Lo que hacen en conjunto, es modificar la forma que “ve” el aire cuando pasa un camión, por ejemplo. Ayuda a disminuir el vacío que se genera en la parte trasera, la que hace la succión que afecta tanto a los ciclistas”, plantea Riveros. Continúa explicando que el fenómeno producido es similar a tener un paracaídas abierto detrás del transporte. Lo que logra SmartWings es hacer este paracaídas más pequeño, así el vehículo necesita menos fuerza para moverse y, por lo tanto, gasta menos combustible y reduce la contaminación. Así, una empresa de transporte podría obtener hasta un 3% de ahorro anual en combustible por vehículo, lo que se traduce en cerca de $1 millón de ahorro cada 180.000 km recorridos.
“Es algo único en Chile. Se utiliza en la industria aeronáutica y espacial para mejorar el desempeño de los aviones y los cohetes, con otras formas claro, pero el principio es el mismo. Hay algunas iniciativas similares en países como Estados Unidos o Alemania, pero están igual que yo: probando los prototipos y haciendo pruebas de eficiencia”, concluye el ingeniero aeroespacial.