Desde acortar la curva de aprendizaje desarrollando el potencial hasta favorecer el empoderamiento de las personas, son algunos de las ventajas que trae implementar mentores en una compañía.
¿A quién no le habría gustado que en sus primeros días de trabajo algún compañero, que ya haya pasado por lo mismo, le hubiese allanado el terreno, dándole pequeños consejos e integrándole en el equipo? Bueno, en resumidas cuentas, esta es en esencia la filosofía de cualquier programa de Mentoring.
Se define como mentor a aquella persona experimentada que ayudará a otra en su desarrollo personal y profesional. Ésta puede y suele venir de fuera de la empresa, ya que así, no existe una confrontación de intereses y la libertad es mayor para el que recibe la mentoría.
Lo que más se valora es la experiencia del mentor, por lo que para ser mentor la trayectoria laboral será muy relevante. “A través de la transmisión de la experiencia y el conocimiento de esta persona es donde los mentores logran capitalizar el saber acumulado para poder aportarlo en favor de otros”, explica Alejandrina Luarte, directora de Mentores por Chile.
Entre los beneficios que trae esta metodología se encuentra el acortar la curva de aprendizaje desarrollando el potencial; generar, consolidar y fortalecer una red de relaciones valiosas; favorecer el empoderamiento de las personas y, en general, el Mentoring produce beneficios en la sociedad, ya que “la suma de beneficios de personas se traduce en una mayor cohesión y bienestar social”, señala Luarte.
A su vez, los mentores salen siempre reforzados de una relación de Mentoring, porque mientras ayudan a sus mentoreados, desarrollan habilidades como la escucha, la empatía, la formulación de preguntas. Se eleva su autoconocimiento personal acerca de sus fortalezas, limitaciones, oportunidades, amplían sus redes y sus puntos de vista y perspectiva. “El mentor te sugiere, guía y aconseja, pero el que toma las decisiones eres tú”, comenta la directora de Mentores por Chile (mentoresporchile.cl).
¡Mentoring no es coaching!
Muchas veces se suele confundir los programas de Mentoring con los de “coaching”, pero las dos principales razones para que no se confundan reside en el bagaje de la persona que lo imparte y la diferencia entre ambas metodologías de aprendizaje.
“Las competencias de un mentor y las de un coach pueden ser similares, pero el mentor tiene que ser una persona de referencia, que por su posición, su experiencia, conocimientos o cualidades personales, pueda ser admirada y seguida por el mentoreado”, sostiene Luarte.