El calor del Sol puede brindar más que agua caliente residencial. A través de procesos que involucran el uso de agua, aceite o sales, se está convirtiendo en una fuente de energía limpia y eficiente para aplicaciones industriales, militares y experimentales.
El 14 de febrero, Día Mundial de la Energía, es una oportunidad para abordar esta aplicación de la energía renovable en la que trabajan investigadores de Fraunhofer Chile.
Además de la conocida energía fotovoltaica, a nivel mundial y en Chile están aumentando las tecnologías y aplicaciones de energía solar térmica, que tiene como ventaja entregar energía limpia aun cuando está nublado o el sol ya se ha ocultado.
Esta energía funciona calentando un fluido portador de calor que luego de pasar por un intercambiador de calor puede utilizarse como fuente en un proceso térmico, o bien, para producir electricidad al mover una turbina convencional.
Investigadores del Centro de Tecnologías para Energía Solar de Fraunhofer Chile están acelerando la integración de este tipo de energía en la industria chilena, porque tiene la ventaja de que reduce costos, mejora la competitividad y da el valor agregado “verde” que están demandando las industrias extranjeras.
Un ejemplo es un proyecto con Cervecera Guayacán en el Valle del Elqui, donde están estudiando integrar la mayor cantidad de energía solar en el proceso de producción de cerveza artesanal. La empresa “lo ve como una ventaja competitiva para posicionarse con un producto diferente solo por su manera de realizarse y de potenciar el lugar en el que están”, dice Maria Teresa Cerda, investigadora en energía solar térmica de Fraunhofer Chile.
La energía solar térmica puede generar temperaturas que van desde las aplicaciones residenciales (calentamiento de agua), aplicaciones industriales (150°C – 550°C), hasta aplicaciones experimentales y militares (1000°C – 3000°C). En minería, este tipo de energía tiene un enorme potencial en fundición y otros procesos.
Estas temperaturas, agrega Cerda, “se logran concentrando la energía del sol mediante espejos que reflejan la luz directa en el fluido portador de calor, que puede ser agua, aceite, sales y otros. Este fluido puede almacenarse durante el día en tanques, para luego liberar su energía en la noche y continuar generando calor o electricidad”.
Dentro de las tecnologías comerciales existentes están los colectores solares, cilindros parabólicos, fresnel y torre (como la de Cerro Dominador). En Chile existen tres de estas cuatro tecnologías.
Este tipo de energía solar debiera volverse común en Chile considerando la meta de Corfo de “desarrollar, adoptar y transferir antes de 2030, tecnologías más sustentables y bajas en emisiones para la industria de la electromovilidad y el crecimiento verde, que incluya, entre otros, combustibles cero emisión para la minería, electricidad de origen solar como principal insumo energético en algunas faenas mineras, e innovaciones de procesos y uso de calor solar”.
Este es uno de los objetivos de la convocatoria para crear el “Instituto Tecnológico de Energía Solar, Minería de Bajas Emisiones y Materiales Avanzados de Litio y otros minerales’’, que lanzó Corfo hace algunas semanas.