En Chile que generaron pérdidas económicas superiores a los US$ 200 millones
La brecha de protección de catástrofes naturales (pérdida asegurada versus pérdida total), está en el nivel más bajo desde 2005. Los huracanes Michel, Florence y los incendios en California ocurridos en Estados Unidos fueron los mayores desastres naturales del año, según el reporte anual “Weather, Climate & Catastrophe Insight: 2018”, de Aon, líder global en gestión de riesgos, consultoría de beneficios y capital humano.
En América del Sur, las inundaciones en Argentina fueron las que causaron mayores pérdidas económicas, superando los US$ 3 mil 400 millones, seguidas por la sequía en Uruguay con pérdidas de US$ 500 millones y finalmente los daños producidos por clima severo – heladas, granizos e inundaciones – en Chile que generaron pérdidas económicas superiores a los US$ 200 millones.
Durante el 2018 se produjeron 394 catástrofes naturales, que generaron pérdidas económicas por un valor de US$ 225.000 millones, de las cuales US$ 90.000 millones estaban aseguradas, tanto por el sector privado como el público. Esto supone un ‘protection gap’, o porcentaje de pérdidas económicas no aseguradas, del 60%, el nivel más bajo desde 2005.
La mayor causa de las catástrofes ocurridas durante el 2018 fueron los ciclones tropicales, entre los que destacan el Huracán Michael y el Huracán Florence (Estados Unidos), el Tifón Jebi y el Tifón Trami (Japón), el Tifón Mangkut (Filipinas, Hong Kong, China) y el Tifón Rumbla (China).
Otro evento importante del año 2018 fue el gran incendio ocurrido en el norte y sur de California, que destruyó 18.804 estructuras y que se estima alcanzará costos económicos por US$ 15.000 millones, convirtiéndose en el incendio con más víctimas mortales y más destructivo de California desde que existen registros.
El año 2018 fue el tercer año consecutivo de pérdidas por catástrofes que superan el umbral de US$ 200 mil millones y el décimo desde el año 2000. “Entre las conclusiones que se pueden extraer de los eventos ocurridos en 2018 está la confirmación de que los riesgos catastróficos continúan evolucionando en un clima cambiante, que se traduce en modelos climáticos más volátiles, que nos obligan a abrir nuevos debates sobre cómo gestionar la necesidad de implantar medidas de mitigación. Los desastres naturales siempre van a ocurrir. Cómo estemos preparados frente a ellos es lo que jugará un papel clave en las futuras pérdidas que se deriven de los mismos”, comenta Raimundo del Rio, Gerente General de Aon Chile.
Del Río asegura que el cambio climático es un factor que está impactando fuertemente a la industria aseguradora y que “estos cambios han obligado al desarrollo de nuevos productos y soluciones como los seguros paramétricos, que ofrecen cobertura ante riesgos naturales. Por ejemplo, a un centro de esquí que sufra pérdidas por escasez de nieve durante un período de tiempo, el hecho de que la temperatura no sea la adecuada para producir fruta de una calidad deseada o un déficit hidrológico o solar para producir energía”.
Otros grandes siniestros
En América del Sur, las inundaciones en argentina fueron las que causaron mayores pérdidas económicas, superando los US$ 3 mil 400 millones, seguidas por la sequía en Uruguay con pérdidas de US$ 500 millones y finalmente los daños producidos por clima severo – heladas, granizos e inundaciones- en Chile que generaron pérdidas económicas superiores a los US$ 200 millones.
En Japón, las lluvias torrenciales durante el mes de julio causaron inundaciones en gran parte del país causando un daño total cercano a los 10.000 millones de dólares, mientras que una inundación con daños de varios miles de millones de dólares tuvo lugar en el estado de Kerala, India, durante los meses de verano del Monzón.
En Europa, un episodio de mal tiempo e inundaciones afectó a Italia y Austria durante los meses de octubre y noviembre con un perjuicio económico de 5.000 millones de dólares. Con unas pérdidas aseguradas de 2.100 millones de dólares, el vendaval Friederike se convirtió en el quinto vendaval más costoso en Europa durante el presente siglo.