Passivhaus es el nuevo estándar alemán que promete ahorrar hasta un 90% de energía en los hogares chilenos y reducir al máximo las llamadas “enfermedades intradomicialiaras”.
Mientras los edificios públicos en los países de la Unión Europea disfrutan del estándar Passivhaus, en el viejo continente ya se alistan para la llegada de una nueva normativa el año 2020. Esta permitirá que todas las construcciones tengan un consumo energético mínimo basado en un riguroso desarrollo en el proyecto de viviendas.
Dos expertos reflexionan por qué es tan importante la eficiencia energética y qué beneficios proporciona en la salud de los chilenos.
Passivhaus es el estándar más exigente en eficiencia energética para las construcciones en el mundo, además de mejorar el estándar de calidad de vida. “Las personas que habitan estas edificaciones tienen necesidades básicas asociadas al metabolismo y respiración, las que se salvaguardan con un sistema que permite ventilar los recintos extrayendo el aire viciado de las zonas húmedas y habitables”, explica Roberto Urzúa, arquitecto de la Universidad de Chile, a la espera de certificación Passivhaus Designer del Passivhaus Institute en Darmstadt, Alemania.
El sistema es el “pulmón” de la vivienda desarrollado por un físico alemán aplicando la termodinámica a las construcciones. El arquitecto enfatiza en que no es más que un artefacto muy eficiente, que permite ahorrar hasta un 90% de energía y que funciona 24/7: “Tiene un alto impacto en la calidad del aire interior previniendo los efectos de los contaminantes intradomiciliarios, reduciendo la concentración de CO2, la que conduce a mejorar calidad del sueño y funciones cognitivas”.
El presidente del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico, Andrei Tchernitchin, advierte sobre el síntoma de los edificios enfermos: “Como el aire acondicionado residencial tiene un sistema de enfriamiento y a su vez tiene que producir calor hacia afuera se crea un ambiente propicio para que proliferen las bacterias de la neumonía”.
Revela que muchos componentes de los edificios emiten sustancias químicas que provocan consecuencias adversas en el adulto y es muy posible que en los recién nacidos y en las mujeres embarazadas los efectos sean mucho más importantes. “La madera tiene sustancias químicas como la formalina al igual que los libros viejos, a las alfombras le ponen químicos, por lo tanto uno puede esperar que en los edificios haya problemas, la misma cera para los pisos contiene benceno, un material altamente tóxico. El ser humano cada vez está más expuesto a sustancias artificiales que no deberían están cerca”, sentencia el toxicólogo de la Universidad de Chile.
Entendiendo que este tipo de construcción es hermética y que no es necesario abrir las ventanas, se genera un espacio de excelente aislación acústica. Según un estudio de la revista Scielo, publicado el año 2017, arrojó que se puede llegar a producir numerosos efectos negativos: “Desde alteraciones al sistema circulatorio y nervioso, hasta tensión muscular, cambios hormonales, incremento de la presión arterial y fallas cardiacas, trastornos en el proceso digestivo y problemas durante el embarazo”.
El especialista en salud asegura que es una gran ventaja que Passivhaus tenga un propio “pulmón”, las silenciosas emanaciones de un gas noble que no tiene valencia y no se combina con nada, puede atravesar hasta el vidrio: “Cuando hay radon en el suelo hay uranio, se recomienda que haya ventilación y un flujo de aire para que se disipe. Se produce en el radio profundo de la tierra, tiene vida corta, pero es radioactivo y produce cáncer”.
Tímidamente se está instalando el modelo de eficiencia energética en las construcciones habitacionales en nuestro país. Si bien en el sur de Chile ya es algo conocido, en Santiago la inmobiliaria Urbes , pronto apostará por el primer edificio habitacional PassivHaus en Chile.
¿Cuáles serán las ventajas que traerá consigo su uso?
Aire fresco y limpio: Es renovado las 24 horas, evitando de paso todos los ruidos del exterior. Así podrás dormir tranquilo en las noches calurosas de verano en Santiago y disfrutar de una mejora calidad del sueño.
Sin polvo: Se reduce drásticamente gracias al sistema de ventilación y sus filtros que impiden el paso de toda impureza del aire fresco que está ingresando a través de ella.
Sin humedades: El sistema es capaz de refrescar el ambiente interior con aire fresco a la vez que extrae el aire sucio presente al interior de la vivienda.
Calidad de vida: El sistema de ventilación controlado mejora considerablemente gracias a la envolvente térmica de alto desempeño y nunca las superficies interiores tendrán una temperatura menor a 12.6ºC.