¿Puede la ciudad convertirse en un lugar de cultivo?

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La novedad de los huertos en espacios reducidos cobra gran popularidad en las ciudades, brindando una moderna posibilidad para cosechar gran parte de los alimentos, sin importar las limitaciones de espacio que pueda tener una vivienda.

Tener un huerto propio en la ciudad está pasando de ser una práctica reservada de ecologistas, a una innovadora alternativa para cuidar la salud familiar. Los argumentos son muchos, ya que implementar un huerto es decir adiós a los plaguicidas tóxicos, reducir el estrés viviendo una experiencia que nos hace escapar de la vorágine de la ciudad y aprender lecciones de responsabilidad y cuidado, entre otras.

Este auge de los huertos urbanos nace desde una sensibilidad de carácter global por hacerse parte de nuestra alimentación, pero que aún cuenta con un gran inconveniente: el desconocimiento de las posibilidades de construir un huerto casero y superar las adversidades de los domicilios propios de las grandes ciudades.

Daniel Figueroa, representante de Atlantis, empresa especialista en huertos y muros verticales, expresa que “en la actualidad, los proyectos de huerto vertical solucionan las dificultades de los espacios reducidos – terrazas, departamentos y duplex –, siendo esta la principal traba con la que se encuentran las personas con intenciones de edificar un huerto en sus hogares”.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), destaca lo productivo y ecológico que logra ser un huerto urbano, mucho más que cualquier otro espacio dedicado a la agricultura. La FAO enfatiza en lo sustentable de un huerto casero, puesto que estos pueden llegar a producir 20 kilogramos de comida natural por metro cuadrado.

“Los beneficios del Atlantis Growall (huerto vertical) son el bajo costo del autocultivo de especies vegetales y medicinales, libres de agroquímicos; su barrera que lo aísla de los ruidos y protege de la radiación solar; también cuenta con un sistema natural de purificación del aire y posibilita la creación de espacios más cómodos y amigables para la vida”, sostiene Daniel Figueroa.

En la actualidad, son cada vez más los chilenos que se están preocupando por una alimentación más saludable, a través de la implementación de huertos verticales. Además, al usarlos, aportan al cuidado del medio ambiente, entregando otra denotación a los espacios urbanos, haciendo posible que la ciudad sea un lugar de cultivo.

ECOLÓGICA

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