Por Raúl Troncoso, Líder en Sustentabilidad y Creación de Valor Compartido | Nestlé
La sustentabilidad permite a las compañías gestionar su cadena de valor considerando el equilibrio entre lo social, ambiental y económico. El desafío está en entender que la sustentabilidad es un camino, y no la meta. Es así, como las empresas que adopten una mirada de sustentabilidad, tendrán mayor control de sus riesgos e incrementarán sus oportunidades.
En una cadena de valor son distintas áreas las que suman, y la sustentabilidad es parte de todas ellas. Esta debe abordarse transversalmente, desde el primer eslabón de la cadena de abastecimiento hasta el consumidor final y el post uso.
En tanto, a nivel global los temas sociales y ambientales son cada vez más considerados por los consumidores como atributos de valorización de marca. Un ejemplo son los envases; las personas se interesan cada vez más en, por ejemplo, reciclarlos. En Chile, aún queda camino por recorrer tanto en la capacidad técnica como en la cultura de separación de residuos.
Es por ello, que empresas como Nestlé cumplen un rol fundamental en instaurar compromisos públicos que muevan a los mercados. El llegar al 2025 con todos sus envases reciclables y reutilizables; y al 2020 con todas sus fábricas Zero Waste en el país, es sin duda una buena señal.
Otros ejemplos son las áreas de packaging, llamadas a avanzar en ecodiseño y la comunicación gráfica en aportar a la educación en sustentabilidad. Pero también, pueden avanzar en reducción de uso de materias primas, desarrollo de proveedores o negocios inclusivos, entre otros.
En Nestlé, estamos construyendo nuestro camino en este ámbito, con metas a corto, mediano y largo plazo. Debemos trabajar consistentemente para lograr nuestro propósito de mejorar la calidad de vida y contribuir a un futuro más saludable para las personas, las comunidades y el planeta.
