Tras la visita al piloto del Proyecto GEF Castor ubicado en el Parque Karukinka, que es administrado por la ONG Wildlife Conservation Society (WCS), representantes de FAO, autoridades del Ministerio del Medio Ambiente, del Ministerio de Agricultura, agentes del Programa ONU REDD y el PNUD; dieron cuenta de los daños que ha generado al ecosistema fueguino esta especie exótica invasora, que incluso repercute en las emisiones de CO2 a la atmósfera y el calentamiento global.
Entre los días 5 y 7 de diciembre representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); autoridades del Ministerio del Medio Ambiente y el Ministerio de Agricultura; representantes del Programa ONUREDD y el PNUD, realizaron una visita en terreno a uno de los pilotos que el Proyecto GEF Castor está llevando a cabo en el Parque Karukinka, ubicado al sur de Tierra del Fuego y que es administrado por la ONG Wildlife Conservation Society (WCS).
La comitiva, integrada por más de 20 personas, recorrió las zonas afectadas por el castor (Castor canadensis, especie exótica invasora introducida en el lado argentino de Tierra del Fuego en el año 1946), al interior del Parque Karukinka, hasta llegar al sector del Valle La Paciencia, donde el Proyecto GEF Castor ejecuta uno de sus pilotos para la gestión de la especie en un área acotada, con el fin de generar una base de datos sobre su dispersión, prevención y manejo.
El Director Nacional del Proyecto GEF Castor y Jefe del Departamento de Conservación de Especies del Ministerio de Medio Ambiente, Charif Tala, explicó que desde hace años instituciones como el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), han realizado distintas acciones para controlar el crecimiento de la población del castor, sin embargo, pese a los esfuerzos y ante la falta un marco de gestión y gobernanza y de recursos, esta especie invasora ha seguido avanzando, llegando actualmente hasta la península de Brunswick.
“Hay evidentemente un riesgo de que siga avanzando hacia el norte, por lo que el Proyecto está trabajando en distintos flancos, dándole continuidad a una serie de otros programas que se habían desarrollado en el pasado”, detalló Charif Tala, y agregó que “los castores se introdujeron en Tierra del Fuego hace unos 70 años, cuando se liberaron sólo 20 individuos y hoy estamos estimando que hay alrededor de 100 mil, sin saber de manera precisa cuál es la cantidad (…), por lo tanto, estamos frente a un problema que si no se le pone freno, podría seguir avanzando hacia el norte, causando graves daños, como el que vemos hoy en día en los bosques y turberas de Karukinka, donde el castor está destruyendo ecosistemas de alto valor para la biodiversidad, extinguiendo especies nativas y la capacidad de los bosques australes para capturar CO2”, advirtió el Director Nacional del Proyecto GEF Castor.
Por su parte, el Encargado de los Proyectos GEF de FAO Chile, Javier Cano, comentó que cuando se observan en terreno las miles de hectáreas destruidas por el castor, es más sencillo advertir que “la afectación es pasar de un bosque frondoso, a una zona como la cuenca del Valle Los Castores, donde se ha perdido todo ese bosque que estaba almacenando carbono y que ahora ha sido emitido a la atmosfera, por lo tanto estamos incrementando las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático. Evitar que esto se incremente, significa reducir las emisiones a nivel país y a nivel global. Por otro lado, fomentar la restauración de estos ecosistemas, repercute positivamente en la captura de carbono de la atmosfera, mitigando así los efectos del cambio climático”, destacó, haciendo alusión al importante trabajo que realiza uno de los socios del Proyecto, la Corporación Nacional Forestal (CONAF), que a través del Programa Conjunto de Naciones Unidas para REDD+ (ONUREDD) realiza un piloto de restauración de bosques, principalmente de lenga, en la zona visitada.
El Asesor Regional de FAO para el programa ONUREDD, Ángel Parra, se refirió al impacto que el castor genera a nivel agroalimentario: “El castor tendría un impacto en los recursos hídricos y en un ecosistema, todo está interconectado, por lo tanto, no hay impactos aislados, todo repercute de una u otra manera en quienes lo habitan y se sustentan de éste”.
Para el Secretario Regional Ministerial de Medio Ambiente, Eduardo Schiappacasse, fue “impresionante ver la cantidad de árboles muertos y cómo los que quedan dentro de las lagunas que construyen los castores, en definitiva, terminan muriendo también. Es claro que se necesita hacer una mirada multidimensional como la que ha definido el Proyecto, que no sólo busca ver de qué manera preservamos los bosques naturales por la vía de disminuir o erradicar los castores, sino que también estudiar los impactos sociales, económicos y revisar cuál debiera ser la modalidad adecuada para articular a nivel institucional, con los mejores aspectos técnicos, las responsabilidades que le atañe a cada servicio para hacerle frente a esta plaga”.
Tras constatar la gravedad y dimensión de la problemática, Juan José Donoso, Jefe División Biodiversidad del MMA, reconoció que una de las tareas del ministerio, a través del Proyecto GEF Castor, es dar a conocer el impacto que esta y otras especies exóticas invasoras generan en los bosques y especies nativas. “Este proyecto en particular, es especialmente relevante porque significa el desafío de coordinar a muchos servicios públicos como CONAF, SAG, MMA, con la participación de privados como la ONG WCS, la agencia implementadora FAO, y los proyectos hermanos como el de ONU REDD y PNUD. Es un ejemplo de trabajo conjunto para disminuir el impacto que este tipo de especies tienen en nuestra biodiversidad”, indicó Donoso.
Actualmente, el Proyecto GEF Castor está desarrollando cuatro pilotos: uno en la Reserva Nacional Laguna Parrillar, otro en la cuenca del Río Marazzi, en Tierra del Fuego; en el sudeste de la Provincia de Última Esperanza y el de La Paciencia, en el Parque Karukinka.