Casas del Bosque, reconocida por ofrecer experiencias únicas e inolvidables, fue elegida la viña con Mejor Arquitectura y Paisajismo del mundo, en el International Best Of Wine Tourism 2019 de Great Wine Capitals -red mundial de regiones vitivinícolas internacionalmente reconocidas-, donde ganó la categoría “Arquitectura y Paisaje”, compitiendo con todas las bodegas de las 10 regiones vitivinícolas más importantes del mundo.
Luego de la premiación, en Adelaide Australia, Nicolás Reyes, gerente de vinos, turismo y gastronomía de Casas del Bosque, expresó: “Es un enorme orgullo poder representar a Chile y al Valle de Casablanca con este tan importante reconocimiento, que nos estimula a seguir trabajando con gran dedicación y pasión para potenciar el turismo en nuestro país y entregar experiencias únicas que transporten a los visitantes al mágico mundo del vino, bajo un concepto de arquitectura moderna, elegante y casual”.
Casa Mirador de Casas del Bosque, es un proyecto 100% autosustentable del reconocido arquitecto Matías Zegers que se basó en tres principios fundamentales; generación de energía fotovoltaica, sistemas de ventilación pasiva y climatización ecológica y reutilización de aguas.
Ubicada en lo alto de la colina, en el lugar más emblemático de la viña, donde se encuentra su centenario Espino con una hermosa, acogedora y privilegiada vista al Valle de Casablanca. Una zona, donde los visitantes sienten absoluta tranquilidad para disfrutar de vinos junto a la destacada gastronomía del chef Álvaro Larraguibel, quien junto al enólogo Meinard Bloem y sommelier Lautaro Soto, han trabajado en conjunto para lograr un maridaje perfecto entre la gastronomía y vinos.
En su interior, Casa Mirador cuenta con una imperdible cocina y comedor, con una capacidad para 20 personas, y una mesa de 6 metros de una sola pieza de ciprés, diseñada especialmente para el lugar, la cual se basa en maderas rescatadas. Además, cuenta con un quincho y una cava subterránea donde se alojan las mejores 100 botellas de la viña.
Cada uno de los muebles y objetos fueron seleccionados cuidadosamente con el objetivo de terminar de dar forma a la experiencia casual y acogedora, pero a la vez elegante y solemne “Nos enfocamos que Casa Mirador fuera una colección de sensaciones unidas por una atmósfera de contemplación y tranquilidad, donde cada espacio sea una sorpresa para el visitante. Por lo mismo, nuestro criterio se basó por una parte en la nobleza y expresión de materiales y por otra, en el diálogo y contraste entre los distintos objetos”, señala Matías Zegers.