Como una oportunidad de combatir las sofocantes islas de calor, son cada vez más los chilenos que implementan techos verdes en sus hogares.
Las urbes europeas siempre se han caracterizado por sus grandes y magníficas construcciones, pero también por la casi nula existencia de áreas verdes. Debido a esta problemática, están constantemente innovando para aprovechar los pequeños e impensados espacios para hacer la ciudad más verde, como es el caso de Copenhague, capital de Dinamarca que hoy tiene como obligación que sus azoteas estén cubiertas de vegetación.
Estos techos verdes que forman parte de la legislación de Copenhague se han trasladado a Sudamérica, específicamente a nuestro país. Las cubiertas ecológicas modulares ofrecen la posibilidad de recuperar y aprovechar las áreas en altura, protegiendo la impermeabilización de las edificaciones y otorgando un uso social y medioambiental a los techos y azoteas de la ciudad, mejorando el comportamiento térmico de casas y edificios.
“Estas azoteas verdes no sólo ayudan al medioambiente, sino que también son capaces de cambiar el ánimo a cualquiera. El efecto psicológico que da verse rodeado de verde está comprobado”, afirma Humberto Urriola, CEO de Atlantis Corporation Australia, empresa dedicada a la fomento de ciudades verdes.
Pero no todo es belleza. Las azoteas ecológicas contribuyen a reducir el llamado “efecto isla de calor”, es decir, ayudan a disminuir las altas temperaturas de los rayos del sol y a las provocadas por los mismos edificios y medios de transporte, que se concentran en materiales como el cemento y el hormigón.
“También colabora en la evacuación de agua en tiempo de lluvia, creando nuevos ecosistemas para la micro fauna urbana, así como espacios estanciales y de ocio, posibilitando incluso la construcción de huertos urbanos”, señala Urriola.
Desde un punto de vista hidrológico, el principal objetivo de las cubiertas ecológicas es el de filtrar, retener y controlar la generación de escorrentía. Este propósito puede conseguirse bien con cubiertas vegetadas, plantas, flores y hasta huertos. “Los techos verdes también nos ayudan a disminuir la contaminación ambiental y reducen el ruido ambiente de las ciudades”, asegura el CEO de Atlantis Corp. Australia (www.atlantisaurorambiental.cl).
Las cubiertas vegetales son sistemas multicapa que cubren techos, terrazas y balcones. Están compuestas por una membrana impermeable de alta calidad, llamadas celdas modulares de drenaje Atlantis, que están hechas de polipropileno reciclado. También tienen una capa de geotextil hidrofílico y el sustrato o medio alternativo para el crecimiento de la vegetación y plantas.
“Cualquier persona puede transformar el techo de su casa en una azotea verde, ya que las celdas de Atlantis son modulares y de muy fácil instalación. Se engranan como un lego y pueden alcanzar la extensión que el proyecto amerite”, explica Urriola.