Por Margarita Ducci – Directora Ejecutiva Red Pacto Global ONU
En los últimos años, la humanidad ha experimentado un crecimiento urbano sin precedente. Actualmente, sobre el 50% de las personas viven en ciudades y se proyecta que para los próximos 12 años este número aumente en un 20%.
Nos encontramos en el momento de replantearnos la planificación de las ciudades y ser cuidadosos en cuanto al impacto que las industrias y proyectos inmobiliarios tienen en ellas; especialmente en Chile, que se encuentra entre las 10 naciones más vulnerables del mundo en cuanto al cambio climático.
Según el informe entregado por OMS, seis ciudades chilenas se encuentran dentro del top 20 de las más contaminadas de América; siendo Coyhaique la que lidera dicho ránking.
Recientemente, 19 ciudades del mundo se comprometieron a que para 2030, todos los nuevos edificios construidos cubrirán sus necesidades energéticas con fuentes renovables y, por lo tanto, no tendrán emisión de dióxido de carbono.
En Chile, debemos hacer los cambios necesarios para ser más resilientes ante este nuevo paradigma, para así evitar que las ciudades colapsen y aminorar los daños hacia el planeta