Es bien sabido que estamos en un era complicada en cuanto a la sustentabilidad del planeta, donde expertos nos han advertido de los peligros de utilizar indiscriminadamente recursos naturales por la posibilidad de, simplemente, agotarlos terminando con la biodiversidad existente y poniendo en un serio riesgo el planeta: nuestro único hogar.
Un ejemplo claro es que el pasado 1 de agosto agotamos los recursos naturales de la Tierra para este año, sobrepasando su capacidad de regeneración de elementos como el bosque, el agua, alimentos, e insumos como madera, el papel, entre otros, algo que se registra desde 1970. A este ritmo de consumo necesitaríamos 17 planetas como el nuestro para que nuestra forma de vida sea sostenible.
Diversas acciones han dado una luz de esperanza en esta temática, como por ejemplo la adoptada en 2015 por la Organización de las Naciones Unidas, que definió 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como “un llamado universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad”. Los ODS están altamente interrelacionados, por lo que con frecuencia la clave del éxito de un objetivo impacta en los resultados de otros.
Es así como los ODS son adoptados por países como Chile impulsando, por ejemplo, una actividad productiva mucho más amigable con el medio ambiente y responsable a nivel social. Ejemplo de ello es la llamada ley “chao bolsas plásticas” y la política de compras públicas, que busca priorizar los productos de madera y de papel certificados con un sello de origen forestal sustentable como el de PEFC, una certificación presente en nuestro país desde el 2004 y que garantiza la gestión del bosque y su industria derivada bajo principios de cuidado ambiental y social.
Y es que insumos como la madera y el papel son muy comunes en los productos que usamos a diario, por lo que garantizar su producción sustentable nos ayuda a cuidar que sigamos teniendo bosques y disfrutar de sus beneficios sin que se agoten por tala indiscriminada o gestiones sin el debido control de impacto ambiental y social. Además, la madera y el papel son insumos menos contaminantes y se presentan como las soluciones del desarrollo productivo sustentable.
La naturaleza nos brinda una infinidad de recursos naturales que contribuyen a nuestra supervivencia. Su uso responsable es fundamental para el desarrollo sostenible y que permitirá lograr que las necesidades de desarrollo y protección vayan de la mano.
Ante este escenario, crece la necesidad de contar con más instancias para dar a conocer las iniciativas que ayuden a recuperar la salud del planeta, donde seminarios, ferias y debates son y serán siempre un punto de partida para educar a la población y crear conciencia de lo que ocurre en el medio ambiente.