Atrás quedaron los días en que los empresarios aseguraban que su impacto social era el número de empleados que contrataban o que su aporte al planeta era reducir su huella de carbono apagando las luces de la empresa antes de salir. Hoy se debe hablar claro y directo sobre el beneficio real que le genera la empresa a la sociedad; desde la perspectiva social, ambiental y económica, todas al mismo nivel, sin una ser más importante que el resto, sino un complemento que le genera valor al mundo.
Las organizaciones tienen gran poder para impulsar cualquier proceso de transformación y, por esta razón, es necesario que entiendan que su existir en la sociedad debe impactar algo más que el sector económico y los intereses de los accionistas, porque además, como consecuencia, el impacto social y ambiental que generen se convertirán también en una retribución económica: “si uno agrega valor a la sociedad desde la empresa, la sociedad se encargará de retribuir ese valor en formato económico, con la finalidad de que los beneficios que la empresa está entregando a las personas no sólo se sostenga en el tiempo sino que además se expanda.” Julián Ugarte, Fundador de Socialab.
Además, como consumidores cada día adoptamos posiciones más críticas y determinantes a la hora de comprar, porque al final no solo estamos consumiendo un bien o un servicio, sino que estamos apoyando y financiando la existencia de una organización que puede hacerle bien al mundo o todo lo contrario.
En este camino de las organizaciones en el que no sólo ven posible, sino necesario buscar esa vía de ser la mejor empresa PARA el mundo, es también relevante ser transparentes frente a la forma en la que está siendo esa empresa que le hace bien al mundo; es decir: la forma real en la que la empresa genera resultados sociales positivos.
Esos resultados, como todo, no sólo deben generarse sino además medirse. Y aquí no se alude a las fotos o testimonios y videos bonitos de las páginas corporativas que están muy bien posicionados en Google, sino que se hace referencia a las cifras, a los resultados sociales reales, a lo que conocemos como impacto; esos resultados sociales que tienen las estrategias empresariales o para otros de sostenibilidad en la vida de las personas.
No es difícil darse cuenta de que las compañías suelen creer que es suficiente con visibilizar sus acciones sociales, pero más allá de mostrar ese “impacto” deben preguntarse: ¿cómo mi organización está cambiando positivamente la vida de las personas? ¿la existencia de mi organización está aportando a la construcción de un mundo sostenible? ¿cuál es el propósito para que mi empresa exista en la sociedad, además del económico? Las respuestas a esas preguntas no deben ser poéticas sino medibles. Así también, estos números son herramientas claves para poder enriquecer y hacer real el propósito declarado de la organización.
El impacto social que generan las organizaciones debe ser uno de los indicadores más importantes y no debe ser algo que realicen porque está de moda o porque las demásorganizaciones lo están usando en sus estrategias de marketing, sino porque es su deber al estar inmersas en la sociedad, como dice el maestro Humberto Maturana: “todas las empresas son públicas porque se sostienen en una comunidad y le hacen sentido a la misma”.
Sin embargo estamos conscientes de que medir el impacto social que generamos no es tarea fácil (ni barata). Medir el impacto social requiere el análisis de los datos de la situación antes, durante y después de las estrategias implementadas, y muchas veces (casi siempre) estos análisis son costosos, requieren tiempo y no son prioridad a la hora de establecer metas y objetivos.
Pablo Pérez, Director de Impacto en Socialab sostiene que nosotros, las empresas y organizaciones debemos tener un cambio de paradigma drástico si queremos vivir en un mundo sostenible y en una sociedad más justa: “Deberíamos preguntarnos ¿Qué aporte a la sociedad está haciendo la organización donde trabajo?¿Qué problema estamos resolviendo? ¿Qué impacto estamos teniendo en el mundo?¿en la sociedad? ¿Por qué somos una empresa buena para el mundo? Nuevamente, las respuestas deberían ser objetivas y medibles.”
Hoy las empresas están llamadas no solo a implementar estrategias de sostenibilidad, sino a implementar metodologías de medición de impacto y resultados sociales que permitan entender sus esfuerzos como organización. Sin la primera están atrasados, pero sin la segunda nunca sabrán si sus esfuerzos están siendo eficientes.
Así como es incoherente decir que no medimos nuestros estados financieros, debería ser igual de absurdo no medir nuestro impacto social, porque esta es la única forma de crear sociedades centradas en el bienestar, y la única manera en la que podemos construir las mejores empresas para las personas y el mundo.
La buena noticia es que ya existen metodologías que plantean formas de recolección de datos de manera liviana, eficiente y económica en la búsqueda de que esa medición de resultados sociales o impacto social, cada vez sea más cercana y, por lo mismo, más fácil de adoptar desde las realidades diversas de las organizaciones.
Sabemos que sigue siendo un camino difícil para algunos, por eso es que desde Socialab, la empresa chilena líder en innovación social de Latinoamérica, se han construido algunas iniciativas que buscan aportar herramientas de medición de impacto a las organizaciones. La primera, enfocada en medir el impacto que generan las startups, colaborando con grandes organizaciones. Y la segunda, enfocada en medir variables de innovación con impacto en startups y organizaciones.
Caso 1.
Modelo de Excubación: Ya no es novedad que las grandes empresas buscan aprovechar los beneficios que generan startups de impacto para aumentar la propuesta de valor que se entrega a los usuarios finales. Aprovechando esto, las incubadoras y organizaciones ligadas a la innovación están conectando a startups con empresas para que colaboren en pos de generar un mayor impacto. Sin embargo, aún no está claro cómo estas startups pueden adaptarse al contexto específico de estas grandes organizaciones y cómo medir el impacto que generan estas conexiones virtuosas. Es por esto que se creó el Modelo de Excubación, que “excuba” startups con grandes organizaciones, interactuando con usuarios reales, levantando indicadores de impacto para determinar si la solución genera valor y entregando aprendizajes sistematizados luego de la implementación de un piloto.
Caso 2.
Socialab Score: Otro caso interesante es el de nuestro Socialab Score. Hace un par de años nos pusimos el desafío de poder medir, de la manera más objetiva posible, el estado de desarrollo de un emprendimiento para identificar las variables más críticas para trabajar y así, diseñar un plan de desarrollo y una estrategia a corto y mediano plazo. Hoy contamos con un Socialab Score para startups que mide 12 variables claves para el éxito de un emprendimiento con impacto social. Además, este año implementamos el Socialab Score Empresas que mide el nivel de innovación de grandes organizaciones, entregando insumos y recomendaciones para generar innovación con impacto de la mano de emprendedores sociales.