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“Estamos convencidos de que la hotelería y el nuevo cliente buscan la sustentabilidad. Los jóvenes no buscan tanto lujo, quieren un buen servicio, estar conectados y también en armonía con el medio ambiente. Modular Express Calama está concebido bajo esos parámetros”
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Los millenials no buscan el lujo. Les interesa el buen servicio, estar conectados y que las cosas funcionen, afirmó Abner Cayul, gerente general de Hoteles Manquehue, que acaba de inaugurar el primer hotel chileno “económico y funcional” en base a contenedores reciclados.
Por Valentina Bastías Atias
“Estamos convencidos de que la hotelería y el nuevo cliente buscan la sustentabilidad. Los jóvenes no buscan tanto lujo, quieren un buen servicio, estar conectados y también en armonía con el medio ambiente. Modular Express Calama está concebido bajo esos parámetros”, dijo el ejecutivo en una entrevista con el Diario Sustentable.
Hoteles Manquehue, grupo nacional fundado en 1980 y dueño de cinco hoteles distribuidos en Santiago, Puerto Montt, Rancagua y Calama, acaba de abrir su primer hotel en la zona norte y manufacturado “en altura” con contenedores reciclados.
El edificio de siete pisos cuenta con 167 habitaciones de 14 metros cuadrados cada una, bajo un concepto “económico y funcional”, dirigido a los trabajadores mineros y jóvenes viajeros que estén de paso.
“Se buscó aprovechar el espacio, contar con una buena cobertura en materia de telecomunicaciones, equipos inteligentes, áreas públicas y salas de reuniones a disposición de los huéspedes. Está hecho para gente que necesita estos espacios de trabajo e interacción”, explicó Cayul.
Añadió que “el diseño innovador (del hotel) pretende cubrir las necesidades de los pasajeros que gustan de un estilo de vida moderno, de calidad y siempre cuidando el entorno a través de prácticas sustentables”.
Con este propósito, la estructura fue revestida con un material aislante protector del frío y el calor, lo que permite prescindir en verano del aire acondicionado y en invierno de la calefacción, logrando una temperatura promedio de 21 grados en cada habitación durante todo el año.
Cayul precisó que para esto, se llevó a cabo un estudio térmico que incorpora la variación de temperatura del día y la noche, “y gracias a un novedoso sistema de ventilación convectiva se logró esa temperatura”.
Durante la construcción además “se tomaron todos los resguardos y seguridades desde el punto de vista sísmico, para que la estructura pueda soportar un movimiento de magnitud, teniendo en cuenta las especificidades del país”.
La idea de los contenedores en altura, traída de Europa, convirtió al quinto hotel del grupo en uno de los más importantes a nivel latinoamericano, ubicado en una de las zonas mineras más relevantes de la región.
“Es difícil identificar que son contenedores, la única forma de visualizarlos son los colores, porque tiene un recubrimiento que lo hace ver como un edificio tradicional”, acotó Cayul.
Calama, en la región de Antofagasta, es la vía de entrada al desierto de Atacama, el más árido a nivel mundial y destino preferido de los turistas chilenos y extranjeros en toda época del año.
Justo al norte, la mina de cobre Chuquicamata, la más grande a rajo abierto, atrae a numerosos curiosos y también acarrea un enorme flujo de trabajadores del sector minero todas las semanas, lo que convierte a la minería en el pilar económico de la zona.
Esta ciudad funciona como “dormitorio” y núcleo de servicios de varios yacimientos mineros pertenecientes a la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), la multinacional BHP Billiton, Antofagasta Minerals y Freeport McMoRan.
“Con la apertura de este inmueble, el grupo de hoteles Manquehue reafirma su plan de expansión, que apuesta por la construcción y operación de nuevos hoteles en ciudades estratégicas de Chile”, señaló en un comunicado el grupo.
El proyecto tuvo un costo de 270.000 UF y ofrece a los viajeros desayuno buffet, Internet, estacionamientos, acceso a sala de ejercicios, reuniones, servicio de bar y restaurante, “todo ambientado bajo el concepto del coworking”.
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