Por José Antonio Carrasco Villa, Director Ejecutivo, Centro de Extensionismo Tecnológico en Manufactura (CETMA), Universidad de Concepción
Tras realizar diagnósticos tecnológico-productivos en pymes de diversas áreas de la manufactura regional de Biobío, Maule y Ñuble, se ha identificado una problemática vinculada a los costos de propiedad de activos fijos especializados. Se estima que medidas que estimulen la adopción de estándares abiertos, promuevan mayor competencia en proveedores tecnológicos, o entreguen información adecuada, disminuirá riesgos operativos y promoverán la adopción incremental de tecnologías y modelos productivos más modernos.
En los últimos 3 años, CETMA ha realizado evaluaciones técnico-productivas en más de 200 empresas de rubros como agroindustria y alimentos procesados, transformación de la madera, construcción e industria metalúrgica y metalmecánica, prestando apoyo mediante asistencias técnicas especializadas a cerca de 100 Pymes.
Es en ese escenario, que se ha constatado una alta proporción de procesos críticos asociados a la preparación o transformación de materia prima en productos mediante operaciones como corte, molienda, mezcla, conservación o procesamiento térmico, mecánico, y envasado o terminación, se utiliza equipamiento tecnológico especializado. Este equipamiento forma parte de las inversiones básicas para las empresas y su correcta operación, actualización o ampliación está directamente relacionada con el futuro de la empresa.
A la fecha se ha identificado que, una proporción importante de las empresas (estimada en 75%), los estándares de las tecnologías encontradas no permiten asegurar una buena operación futura a la planta. En particular, es recurrente la dificultad de respaldar u optimizar los Controladores de Lógica Programable (PLC en inglés) por operar bajo estándares cerrados, teniéndose como única opción, la de obtener soporte del fabricante/distribuidor debiendo pagarse altos costos y especialmente, sufriendo altos tiempos de espera.
El segmento Pyme no es priorizado por los grandes fabricantes de estos componentes y la oferta es reducida, en parte, debido a su menor capacidad de pago, pero también debido a la menor capacidad de juzgar la pertinencia de un determinado componente dentro de la oferta. Así, el mercado al que enfrentan es pequeño y poco sofisticado, limitándose a equipos desactualizados o con alto riesgo de obsolescencia en el corto plazo. Cuando se produce una falla asociada a la operación de estos equipos, la consecuencia es, frecuentemente, tener que parar la planta, con los costos que esto conlleva.
En este segmento empresarial, en particular, reinvertir en equipamiento para enmendar el rumbo es una práctica muy poco común, siendo la reacción más frecuente la de “manualizar / desactualizar” la tecnología para dejarla en estándares más antiguos, pero más confiables desde su punto de vista.
En el contexto de mercados de bienes de consumo, Estados Unidos cuenta con legislación específica para el mercado automotriz (Massachusetts) y el de la electrónica (Nueva York) en que los fabricantes deben poner a disposición de consumidores la información que les permita contar con alternativas de solución distintas a la de adquirir un nuevo bien.
Ante estas condiciones, la posibilidad de promover el “reacondicionamiento”, reparación o actualización tecnológica por medio de mayor información o estándares abiertos, puede ser un camino para la dinamización de mercados industriales en el ámbito de la manufactura a partir de proveedores especializados que constituyan una alternativa al mercado actual de proveedores. Cambios en la perspectiva tanto del reciclaje como del impacto a lo largo del ciclo de vida promueven modelos “circulares”, cuyas bases podrían ser promovidas con un marco legal adecuado y adaptado a este segmento empresarial.