Por Carlos Navarrete Lizama, Ingeniero Datawheel LLC e investigador Centro de Estudios de Sistemas de Innovación (CIS2), Universidad de Concepción
Julius Yego, atleta keniano que obtuvo la medalla de plata en lanzamiento de jabalina en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Brasil, en el 2016, aprendió este deporte viendo vídeos de YouTube. Julius, que si bien tenía el talento para desempeñarse al alto nivel, probablemente no hubiese descubierto que poseía esto sin la propagación de internet a través del mundo.
El caso de Julius no está muy alejado de nuestra realidad, ¿Por qué las empresas capitalinas contratan a gran parte de la masa crítica que egresa de las universidades regionales? Por una razón muy poderosa: el talento es aleatorio. Puede nacer en un hogar con muchos recursos, en suburbios, o bien en un pueblo de menos de cinco mil habitantes (como es mi caso, en Huépil, comuna de Yungay).
Todos los días dedico gran parte de mi tiempo a acercar la tecnología a las personas, y si hay de algo de lo que estoy convencido, es que el crecimiento que he tenido como desarrollador se debe a que tengo a mi lado personas que están trabajando al mismo nivel que yo. Si los futbolistas entrenan todos los días para mantenerse en el alto rendimiento ¿por qué no debiese pasar lo mismo con los profesionales?
Cuando tienes a un equipo de desarrolladores que todos los días se están nutriendo de las últimas tendencias de la programación, que están abiertos a experimentar, y que por sobre todo, se apoyan en sus debilidades y potencian las fortalezas del otro, logras alcanzar resultados extraordinarios, y conviertes ideas que en teoría parecían imposibles en realidad.
Para convertir a Concepción en el Real Madrid de la programación (o Barcelona si así lo prefiere), la apuesta sería mantener dentro de la Región de Biobío el talento de los desarrolladores y jóvenes profesionales, pues es la proximidad entre esta masa crítica es la que genera cambios en el largo plazo.
Una gran oportunidad para mantener dentro de Concepción este talento es a través de la alta tecnología, que permite crear industrias dinámicas que se adaptan al ritmo que se mueve el mundo hoy en día. ¿Por qué no pensar en un futuro en que esta Región sea la zona con más proliferación de Startups de alta tecnología de Chile?
Para mí, alta tecnología es experimentar usando los últimos avances, intentar superar la frontera de lo posible, almacenar datos a gran escala, buscar innovar con algoritmos de optimización para procesos, entre otras posibilidades.
El éxito de una política pública en alta tecnología sólo se verá en el largo plazo, pero la oportunidad de dar el puntapié inicial es única. Lamentablemente la ansiedad de ver resultados en el corto plazo juega un rol negativo en torno a la generación de talento, porque no podemos apostar a tener resultados ganadores sólo teniendo meses entrenando. Chile para ganar la Copa América 2015, debió entrenar desde 2007 el mismo grupo de personas con la misma filosofía.
Sé que he hecho muchas analogías deportivas, pero esto tiene un objetivo: el proceso de generación de conocimiento tecnológico no está alejado del proceso deportivo, dado que la clave siempre es entrenar y confiar en procesos.
Dado que estamos comenzando un camino hacia la transformación digital, todo lo que dije anteriormente suena descabellado, pero es perfectamente posible si tenemos las personas adecuadas en el mismo lugar, y yo espero, que ese lugar sea Concepción.