Un nuevo estudio de Warwick Business School reveló cuatro estrategias que utilizan los empresarios para enfrentar el miedo al fracaso. Gabriella Cacciotti y James Hayton de Warwick Business School, entrevistaron a 65 empresarios y descubrieron que el temor al fracaso sigue siendo omnipresente a medida que se desarrolla un nuevo negocio.
La investigación identificó siete miedos recurrentes que dicen relación con: 1- seguridad financiera, 2.- capacidad de financiar la empresa, 3.- habilidad personal y autoestima, 4.- potencial de la idea, 5.- amenazas a la estima social, 6.- capacidad de la empresa para ejecutar, y 7.- costos de oportunidad. Estos fueron repetidamente planteados por los 65 empresarios y han sido validados por nuevas investigaciones al respecto.
“Lo que encontramos es que la relación que tienen los empresarios con el fracaso es mucho más compleja que la que muestran las historias de éxito. El fracaso y el miedo al fracaso son matizados y multifacéticos”, señaló la Dra. Cacciotti.
Entonces, ¿cómo pueden los empresarios responder al miedo al fracaso? La investigación reveló además cuatro estrategias claves utilizadas por los empresarios que les permiten asegurar que el miedo al fracaso funcione de manera positiva.
En primera instancia el autocontrol y control emocional: la autoconciencia emocional es una habilidad que se puede aprender e implica tomar conciencia de los signos de las emociones que afectan la conciencia a través de los sentimientos y estados de ánimo, anticipando su impacto en los pensamientos y utilizando esta conciencia para limitar sus efectos sobre la decisión y la acción en la competencia.
La autoconciencia puede ayudar a frenar las influencias poderosas de las emociones negativas en la fijación de objetivos y la toma de decisiones.
La resolución de problemas es fundamental: buscar activamente defectos y debilidades y hacer algo al respecto es un medio poderoso para reducir el miedo al fracaso.
Adoptar un enfoque deliberadamente orientado a la acción, superando el deseo de reprimir o ignorar el problema, será especialmente importante. Por supuesto, todas las debilidades nunca pueden ser eliminadas. Para cualquier emprendedor, el perfeccionismo es potencialmente peligroso.
El aprendizaje como una pieza clave: la educación, el entrenamiento y la búsqueda de información son un poderoso antídoto contra el miedo al fracaso. El aprendizaje puede ayudar a mitigar los temores derivados de las dudas sobre las habilidades personales directamente al aumentar las capacidades.
Siempre hay incógnitas desconocidas, por lo que la voluntad de seguir aprendiendo, reunir información y conocimientos de diversas fuentes puede ayudar a mitigar el miedo al fracaso.
Por último, la búsqueda de apoyo: los mentores y los apoyos sociales son beneficiosos porque respaldan las tres actividades previas de aprendizaje, resolución de problemas e incluso autoconciencia. Los mentores son una fuente importante de aprendizaje.
Los empresarios de la etapa inicial se benefician con frecuencia de las comunidades y redes locales, proporcionando acceso formal o informal a la tutoría de quienes tienen más experiencia. A través de este proceso, aprenden que los sentimientos de incertidumbre y preocupación son comunes, así como también qué problemas merecen atención y qué problemas se resolverán con el tiempo.
Por su parte, el profesor Hayton añadió: “El miedo al fracaso es generalizado y tiene efectos negativos y positivos sobre la motivación, la toma de decisiones y el comportamiento. Un resultado importante que no debe pasarse por alto: la motivación del miedo puede generar niveles más altos de estrés, con consecuencias potencialmente negativas para la salud”.
Para finalizar, el profesor Hayton señaló que, si bien todos pueden experimentar el miedo, es probable que la capacidad de anticiparlo y controlarlo tenga beneficios positivos para la calidad de vida y el bienestar de un emprendedor”.