El 2018 este producto forestal camina a consolidarse en los hogares de miles de chilenos como un combustible amigable con el medioambiente y altamente eficiente. El mayor reto es una producción acorde a la creciente demanda.
El plan de descontaminación de Temuco y Padre Las Casas que comenzó el 2013, trajo un cambio tecnológico muy relevante para cerca de 600 hogares de estas comunas. A través de subvenciones se retiraron las clásicas estufas a combustión lenta por modernos equipos que funcionaban con pellets, un producto poco conocido a la fecha, y que hoy, bajo la llamada etapa del recambio de calefactores, ha alcanzado la no despreciable cifra de 3.600 nuevos equipos instalados en las ciudades, sin contar las que los particulares han adquirido por sus propios medios.
De la mano con esta nueva tecnología ha surgido toda una industria dedicada a la fabricación y distribución del pellet además de la venta y mantención de los nuevos equipos.
Alejandro Urgelles de Pellet Energy Temuco, por 4 años fue fabricante, pero decidió girar a la distribución, venta y mantención de las estufas. “Nosotros tenemos todos los productos preventa y post venta para nuestros clientes, acá en la región ha aumentado mucho el consumo.”
Urgelles destaca que los consumidores de este producto lo hacen de manera informada, conociendo las características y beneficios de esta tecnología. “Lo que más preocupa a los clientes es el consumo de pellets comparado a la leña. Nosotros hemos analizado el tema y hoy resulta más económico que la leña, al igual que la mantención de las estufas, en especial en viviendas que están bien aisladas”.
La producción del pellet
Hoy la producción de pellets está mayormente concentrada en la Región del Biobío donde se fabrica cerca del 90% del total nacional. Renzo Godoy, gerente general de Pro Energy de Los Ángeles, cuenta que comercializan bolsas de marca Natural Pellet, desde Santiago hasta Coyhaique. “Compramos la materia prima limpia a grandes aserraderos y todo proviene de procesos de remanufactura de madera. Este material lo pasamos por un triturador que homologa el tamaño y luego lo llevamos a tres máquinas peletizadoras. Hoy en día, estamos produciendo aproximadamente 500 toneladas de pellet a granel al mes”, precisa.
Para los fabricantes que compran la materia prima, el mercado no permite producir todo el año a plena capacidad, generando escasez de producción en los periodos más álgidos de venta, por esa razón en los meses de baja demanda guardan stock.
“Lamentablemente el mercado es demasiado domiciliario, en época de baja demanda no hay venta de producto, ya que no hay calderas industriales que utilicen 100% pellet”, agrega Godoy.
Las cifras oficiales apuntan a que el 76,8% de la fabricación de este producto tiene como objetivo la calefacción de hogares, dejando muy marcada la venta del producto a las estaciones de otoño, invierno y parte de la primavera. Otro factor que influye -aseguran los fabricantes- es que mucho de los proveedores utilizan parte de la materia prima para alimentar sus propias calderas o para revenderlas a otros procesos.
El grupo JCE, creó el 2007 la empresa Andes Bio-Pellet en Santa Bárbara y hoy es uno de los fabricantes más importantes del mercado, produciendo cerca de 15 mil toneladas anuales que comercializan en todo el país.
El jefe de planta, César Sepúlveda, cuenta que el mercado para este biocombustible amigable con el medio ambiente, presenta mucha demanda y ha crecido en especial en regiones con alta contaminación donde además el Estado ha puesto incentivos para la reconversión a sistemas de calefacción no contaminantes.
“Es un mercado que seguirá creciendo y los precios de las estufas así lo demuestran: hoy cuestan la mitad de lo que valían al comienzo y su precio bajará aún más”. El valor de las estufas no es un tema menor. Cada una puede costar entre 700 mil y un millón 800 mil pesos.
Otro productor emergente es Maderas Venturelli en la Araucanía. Ingresó al mercado el 2017 con una moderna planta italiana. Su gerente comercial Pedro Acuña indica que “el pellet lo fabricamos con los subproductos de nuestra planta de remanufactura de madera y lo comercializamos con el nombre de Fuoco Pellets, en bolsas de 15 kilos pensando en facilitar la manipulación por parte de las familias”.
La eficiencia del pellet
El programa de recambio de estufas de Temuco y Padre las Casas, ha priorizado por ahora las viviendas que cuenten con aislación térmica. “Es ahí donde mejor operan las estufas” asegura Andrea Flies, Seremi de Medioambiente de la Araucanía y quien dio inicio al plan el año 2013. También sostiene que el pellet tiene un doble beneficio: es eficiente energéticamente y a la vez ecológico. “Primero, es un producto derivado de la biomasa y un recurso renovable. Y segundo, al tener una producción estandarizada y con un bajo porcentaje de humedad los niveles de emisiones de la combustión son muy bajos y controlados.”
Las cifras apuntan a que las emisiones de una estufa a pellets son más de 50% más bajas que las de leña, destacando que los calefactores que utilizan este producto no pueden ser mal operados dado que la combustión es regulada de forma automática.
Flies agrega que uno de los desafíos ministeriales es definir legalmente el pellet como un combustible y sus respectivos estándares de calidad, cumpliendo la norma chilena ISO17225-2 y darle a esta normativa un carácter obligatorio para poder fiscalizar que las distintas producciones cumplan con las normas de calidad y baja emisión.
Para los fabricantes y comerciantes por ahora el principal desafío es cumplir con la demanda de los miles de consumidores que se han cambiado al pellet, requerimiento que no siempre se ha cumplido en años anteriores. Y en el largo plazo, asegurar el abastecimiento sostenido de materia prima durante todo el año, para atraer a nuevos inversionistas y ¿por qué no? en el futuro incluso poder exportar este biocombustible cada vez más demandado en los hogares de los chilenos.