Por Matthieu Pegon y Joan Miquel Carrillo – BID Invest
Toda transición, todo momento de cambio, pasa por coyunturas críticas en las que un leve empujón determina el éxito o el fracaso de una propuesta transformadora. Cruzar una frontera o quedar en el mismo lugar. Esto aplica a todo, desde personas hasta nuevos modelos de negocio o innovadoras soluciones financieras.
Pensemos por un momento en el tránsito de las flotas de autobuses hacia tecnologías de bajas emisiones. ¿Qué fabricantes darán el primer paso en adecuar su oferta si ninguna de las grandes ciudades de la región incluye esa condición en sus concursos? Y, a su vez, ¿qué ciudades cruzarán esa frontera si no existe un esquema financiero que pueda reducir la brecha de costos e incluya la valoración de las externalidades en su propuesta? Ese es exactamente el papel que hoy desarrollan los recursos concesionales junto con la financiación propia de los bancos de desarrollo y su capacidad de arrastre: alterar un estado de las cosas que impide el cambio.
Los recursos concesionales son recursos ofrecidos en términos y condiciones más favorables que aquellos disponibles en el mercado, si es que los hubiese. Son los fondos que hoy empujan el despliegue de las baterías de almacenaje de energía en la región, los esquemas de sustitución de luminarias para un alumbrado público más eficiente en nuestras ciudades o los nuevos modelos de negocio de energía solar distribuida, que abren un acceso económico y sostenible a la energía en zonas remotas de nuestra región.
Lo que hoy hemos venido a llamar como blended finance o financiamiento mixto pone los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el foco y utiliza de forma selectiva los recursos concesionales en transacciones de alto impacto, conjuntamente con financiación comercial en términos de mercado, para empujar fronteras tecnológicas, de mercados o de escala. Esto es lo que hicimos y seguimos haciendo en BID Invest para el sector privado en América Latina y el Caribe.
Las soluciones de blended finance que hemos usado en BID Invest permiten construir una aproximación al impacto en el desarrollo, que comienza con el testeo de nuevos modelos de negocio o tecnologías, pasa por su réplica en nuevos mercados y termina con el crecimiento a escala y de alcance regional.
En el municipio de Ensenada (México) participamos en la financiación del primer esquema de inversión privada vinculada a los ahorros de energía generados por la sustitución de luminarias de vapor de sodio por luminarias LED de la mano de Óptima Energía. La participación del Fondo de Canadá (C2F) para cerrar la financiación junto con la presencia de garantías de primera pérdida aportadas por el Clean Technology Fund (CTF) apoyaron el préstamo de BID Invest a Óptima Energía creando un precedente en el mercado regional.
La primera planta solar fotovoltaica de gran escala de El Salvador, Providencia Solar (101 MW), fue adjudicada en 2014 a la compañía francesa Neoen que, de este modo, introducía en El Salvador una tecnología ya probada en otros mercados regionales, como México o Chile. En BID Invest apoyó esta inversión con capital propio y US$30 millones del Fondo de Canadá. A esta licitación le siguió una segunda en 2017 que generó interés en el mercado y un descenso acusado en los precios de adjudicación confirmando, así, el efecto catalizador de la inversión. Una vez se cruzó la frontera, el mercado resolvió con sus propios recursos.
Finalmente, y una vez que una tecnología y una estructura de financiación ya son aceptadas en el mercado, en BID Invest podemos contribuir a su crecimiento a escala, tal y como se ha demostrado recientemente con la emisión de bonos B del proyecto La Jacinta Solar (64 MW), en Uruguay, la primera en tecnología solar en la región. Esta solución nos permite dotarnos de mayor capacidad de movilización de prestadores B (“B-lenders”) atrayendo a un tipo de inversor institucional que suele rehusar este tipo de inversiones en fase de pre-construcción con un bono a 25 años coparticipado por el Fondo de Canadá.
Actualmente, BID Invest gestion 17 programas en representación de 5 donantes: los estados de Canadá y Reino Unido, el Climate Investment Fund (CIF), el Nordic Development Fund (NDF) y el Global Environmental Fund (GEF) con un total de US$782 millones en recursos concesionales para el sector privado.
Al 31 de marzo de 2018, invertió US$333 millones de recursos concesionales de los donantes, a los que han sumado US$595 millones de nuestro propio capital para financiar 37 inversiones con soluciones de blended finance movilizando un total de US$3.117 millones. Cada dólar concesional invertido ha generado aproximadamente una inversión de US$2 de BID Invest y de casi US$10 de recursos movilizados.
Esta experiencia acumulada y la cartera de recursos de donantes bajo gestión nos permiten divisar nuevos retos y acompañar los procesos de transformación que van a desarrollar América Latina y el Caribe en el futuro.
Este blog fue publicado originalmente en Negocios Sostenibles.
Matthieu Pegon
Matthieu Pegon forma parte de BID Invest desde 2017 como Jefe del Equipo de Blended Finance. Antes de eso, ocupó varios puestos estructuración y ejecución de financiamientos en el Green Climate Fund (GCF), un fondo multilateral de financiamiento de acciones climáticas, y en BNP Paribas, un banco de inversiones, con foco en los mercados de capitales de deuda y América Latina y el Caribe. Matthieu tiene una Licenciatura y una Diplomatura de la Grenoble École de Management en Francia.
Joan Miquel Carrillo
Joan Miquel Carrillo forma parte de BID Invest desde 2017 como especialista de Blended Finance.. Con más de 10 años de experiencia en desarrollo de proyectos de infraestructura y energías renovables en España y Europa del Este su actividad en BID Invest se centra en la gestión a nivel de fondos de los recursos concesionales y en la originación, estructuración y ejecución de transacciones con soluciones de Blended Finance. Joan Miquel es Ingeniero Civil por la Universidad Politécnica de Cataluña y Executive MBA por ESADE.