Por Germán Sáenz, Gerente de Ciudadanía Corporativa y Asuntos Públicos de Samsung Chile
Siempre tenemos la ilusión de renovar nuestro Smartphone, nuestro tablet o muchos otros aparatos electrónicos, ya sea para su uso personal o para el trabajo. Pero, ¿qué pasa con los celulares antiguos cuando sale un nuevo modelo? ¿Cuántos de estos aparatos se convierten en basura indeseada?
Según datos de la ONU, Chile es un país que produce grandes cantidades de E-waste o basura electrónica. De hecho, durante 2016 esta organización determinó que cada chileno producía 8,7 kilos de desechos electrónicos por año. Un número nada despreciable.
Como fabricantes de aparatos electrónicos no sólo es nuestro deber ocuparnos de innovar año a año y lanzar nuevos productos con tecnologías que hacen más fácil la vida de las personas, sino que también asegurarnos de que éstos no terminarán su vida en un vertedero, provocando un daño al medio ambiente.
A nivel mundial, Samsung ha establecido programas de recolección de residuos electrónicos. Es así como entre 2009 y 2016, recuperamos un total de 2.64 millones de toneladas.
Y en nuestro país, desde 2011 Samsung Electronics Chile ejecuta en forma voluntaria un programa de cobertura nacional para dar una nueva vida a los residuos electrónicos. Gracias a este programa hemos recuperado más de mil toneladas a la fecha.
En alianza con la empresa Degraf, rescatamos productos que son abandonados en servicios técnicos, o desde los centros de distribución cuando no pueden ser reparados.
Metales como aluminio, acero y cobre, se funden y vuelven a ingresar a la cadena productiva. Y los circuitos electrónicos se exportan a EEUU y otros países, que cuentan con plantas especializadas que pueden rescatar oro, plata y paladio. En el caso de los plásticos también se reintegran en el ciclo productivo, por ejemplo el tambor de una lavadora o la base de un televisor podría volver a su casa re-encarnado en otro producto.
De nada vale encariñarse con los teléfonos o computadores antiguos y dejarlos olvidados en un cajón o una bodega. Es mejor permitir que sus componentes sean reutilizados, dentro del concepto de la economía circular.
Existen múltiples opciones para que los consumidores entreguen sus aparatos electrónicos en desuso, y de esta manera estar contribuyendo al sistema. Por otro lado, los fabricantes estamos contribuyendo a que los desarrollos tecnológicos se hagan a partir de materiales reciclados y reciclables, que con una nueva vida pueden hacer el mundo más sencillo.
Al alero de una nueva ley que fomenta el reciclaje, y considerando las condiciones ambientales actuales, hoy más que nunca las empresas del rubro tenemos el desafío de innovar en forma responsable y sustentable.