La legislación chilena permite negociar libremente a quienes poseen una potencia conectada superior a 500kW.
En un contexto de permanente ahorro energético, cada vez son más las organizaciones que optan por ingresar al mercado libre de energía, debido a las múltiples ventajas económicas que ofrece esta variante, y que la legislación vigente en nuestro país lo permite.
Entre sus beneficios más destacados está la posibilidad de escoger entre los distintos proveedores de energía y no depender solamente de uno como ocurre en el mercado regulado, además de planificar la demanda y con ello negociar mejor el costo futuro de la energía.
Juan Francisco Friedl, Gerente Comercial de SAFIRA Energía Chile, afirma que “en medio de este contexto, un marco regulatorio más flexible se hace necesario, permitiendo la entrada de nuevos agentes al sector y facilitando la libre elección de suministrador a cada vez más consumidores”.
Para avanzar en este sentido, el nacimiento de las comercializadoras de energía se vuelve clave, proceso en donde las empresas distribuidoras van cediendo paulatinamente su rol como suministrador de electricidad a las comercializadoras, enfocándose únicamente a sus actividades de distribución. Además el rol del comercializador especializado garantiza al cliente obtener las mejores tarifas y condiciones entre todas las ofertas disponibles de generación convencional y no convencional.
En países como España, esto no sólo provocó una reducción del precio de la energía, sino que llevó a las empresas energéticas hacia procesos más innovadores. Mientras las distribuidoras están invirtiendo y avanzando en el desarrollo de las redes inteligentes, las comercializadoras están incrementando la oferta de productos de valor agregado para sus clientes.
Adicionalmente, agrega Friedl, “si el mercado libre crece y se desarrolla de manera segura y ordenada, ayudará a eliminar todas las distorsiones que podrían producirse en un ambiente regulado, trayendo consigo mayor inversión, competencia y minimizando el establecimiento de monopolios verticales”.
Si logramos avanzar en este sentido, veremos en un futuro cambios radicales en los servicios prestados por el sector eléctrico y también su propio funcionamiento, mejorando la eficiencia y la calidad del suministro a todos sus clientes.