Aparecieron las caras de felicidad y de esperanza en Villa Santa Lucía, cuando Desafío Levantemos Chile llegó hasta el corazón de la zona para hacer entrega de más de 50 herramientas a los damnificados de la zona por el aluvión de diciembre 2017. Desde motocierras, cortadoras de pasto, refrigeradores, lavadoras, hasta un set completo para cocer y hacer cojines recibieron algunas de las personas que fueron hasta la sede de la Villa a recibir sus regalos.
Después de haber realizado un detallado catastro de las personas que perdieron sus herramientas de trabajo durante el aluvión que azotó la Villa, la fundación recaudó fondos a través del área A Mí Sí Me Importa (crowdfunding de la institución) para poder devolverle a estas personas su fuente laboral. Hace una semana identificaron a una nueva víctima de la catástrofe, llegando a 22 muertos en total. El último registro realizado por el Gobierno arrojó 28 casas destruidas y 79 familias damnificadas.
Esto gracias a los fondos recaudados por el área de A Mí Sí Me Importa (AMSMI), el crowdfunding de la fundación, que busca ayudar a casos particulares que necesitan ayuda. “Muchas personas de todo el país quisieron ayudar a esta Villa a través de nuestra plataforma y confiaron en nosotros para hacerlo. Es así como hoy podemos llegar a esta maravillosa comunidad para hacer entrega de las herramientas que les devolverá a cada uno de ellos su fuente de trabajo,” asegura Alejandra Castellón, encargada del área AMSMI.
Por ejemplo la Señora Edita Ojeda lo perdió absolutamente todo. El barro no sólo se llevó su casa, sino que luego un voraz incendio que produjo los residuos de barro con el gas hizo que todos los restos se quemaran por completo. Y así, todas sus posibles fuentes de trabajo. Es por esto que gracias a esta entrega, recibió un set completo para hacer cojines: desde la máquina de cocer, hasta las sedas e hilos necesarios para comenzar su emprendimiento. Este caso como muchos otros son la nueva cara de esperanza de la Villa.
“Lo que nos mueve como fundación es llegar a ayudar a las comunidades donde nadie más llega, dada la distancia o complejidad geográfica que hay para estar ahí. Villa Santa Lucía sufrió su peor catástrofe en un lugar tremendamente alejado, y hoy gracias a la ayuda de muchas personas que confían en nuestra institución, podemos entregarles las herramientas para que sean ellos mismos quienes logren salir adelante y sean los pilotos de su vida”, explica Nicolás Birrell, director ejecutivo de Desafío.