Por Alexandre Lemos, Gerente General Natura Chile
Para nadie es un misterio que el cambio climático es un problema real y ya estamos viendo sus desastrosos efectos.
Como empresas, tenemos el gran desafío no sólo de reconocer que el medio ambiente esta dañado, sino que actuar con acciones específicas que den respuesta a los retos que se nos presentan, en conjunto con todos los actores de la sociedad.
Es fundamental comprender la sustentabilidad como un elemento transformador de nuestras acciones y una forma de ver el proceso productivo en una compañía, impulsando acciones que no generarán impactos económicos, sino que finalmente se traducirán en un ahorro. Por ejemplo, si disminuye la generación de residuos, voy a quitar materia prima en desuso de mis cadenas de producción. Si pienso en la sustentabilidad, voy a aplicar eficiencia energética en mis procesos o como recirculo los flujos de agua dentro de mi proceso productivo.
Si bien para muchos, enfrentar los problemas que afectan al medio ambiente puede verse como un gigantesco desafío económico, es una tremenda oportunidad de ahorro y de impacto significativo a nivel de operación, procesos y productos a largo plazo.
Unir fuerzas y generar alianzas también es clave a la hora de comprometerse con esta causa.
Este año firmamos junto a otras 54 compañías internacionales, una declaración con medidas concretas de largo plazo para acelerar la reducción global de emisiones de carbono, eliminando en forma progresiva los subsidios a los combustibles fósiles hasta el año 2025, un precio adecuado para el carbono y claridad sobre los riesgos financieros relacionados al clima.
El documento, que busca llamar la atención particularmente de los 20 países más industrializados del mundo, los cuales representan el 74% de las emisiones globales, incluye incorporar condiciones de actuación que sienten las bases para un camino que limite el aumento de la temperatura mundial menos que 2°C y permita contribuir activamente a la implementación del Acuerdo de París.
Las empresas firmantes representan más de 1,9 millones de empleados en el mundo e ingresos totales por más de 676.000 millones de euros.
Hoy es imperativo avanzar en mejores formas de hacer, que impliquen no hipotecar los recursos de las generaciones futuras y mantener -en lo posible- las condiciones ambientales de nuestro planeta.
Todos somos agentes de cambio, pero no basta sólo con buenas intenciones. Necesitamos de organizaciones más comprometidas y acciones empresariales o personales más valientes para lograr mitigar el daño causado.