Marcela del Barrio, Directora Gestión de Personas de Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos
Si bien durante las últimas décadas ha habido un avance en temas de diversidad e inclusión, brechas salariales y balance de género, aún queda mucho camino por recorrer. Según la OCDE, Chile es el quinto país con mayor brecha salarial, alcanzando una diferencia de 21% a favor de los hombres. Por otra parte, el “Foro Global de Empresas por la Igualdad de Género”, que fue encabezado por la ex Presidenta Michelle Bachelet a fines de febrero, arrojó que Chile tiene una baja participación femenina en el mercado laboral. Mientras la participación promedio de la región llega al 70%, en nuestro país sólo alcanza el 48%.
Estas cifras deben hacernos reflexionar sobre lo que hemos hecho y lo que tenemos pendiente. En Sodexo estamos convencidos que cuando empoderamos a las mujeres, también estamos empoderando a las personas y a las comunidades que las rodean. Para nosotros la igualdad de género y el progreso de la mujer están en el centro de nuestro desarrollo económico y social. Más allá de una obligación moral, es un imperativo comercial, porque debemos reflejar la diversidad de todos nuestros stakeholders. A esto debemos sumarle que la diversidad en el lugar de trabajo es una fuente de innovación y crecimiento, así como un impulsor del rendimiento colectivo.
A nivel global y local hemos tomado medidas concretas. Por ejemplo, desde 2009 nuestro Foro Internacional Sodexo para el Talento de la Mujer se ha dedicado a promover su progreso. Hoy, ellas representan el 50% de nuestro directorio y el 30% de nuestros altos ejecutivos del grupo. Asimismo, con orgullo compartimos que en Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos Chile el 45% de las posiciones de liderazgo están siendo representadas por mujeres, y del total de la fuerza laboral interna las mujeres representan el 55%.
Es importante destacar que el avance hacia la igualdad de género y la reducción de la brecha salarial no es solo una tarea del gobierno o de privados, sino que de toda la sociedad. En este sentido, las mujeres que ya son líderes deben ser una fuente de inspiración para que el resto se motive en alcanzar esos puestos directos, a expresarse con convicción y a exigir respeto. El intentarlo es el primer eslabón de la cadena.
La familia también contribuye a este propósito. Hoy tenemos como sociedad un gran desafío en cuanto a los roles tradicionales, ya que para impulsar la equidad de género dentro de una compañía se necesita que estos salgan de los estereotipos actuales y se encaminen hacia la equidad y sentido de equipo. No olvidemos que los niños aprenden de lo que ven en sus padres, por lo que depende de nosotros que nuestras hijas desarrollen su potencial, sintiendo que la sociedad les entrega un espacio de oportunidades y liderazgo.
Se calcula que tomará 217 años en lograr la igualdad de género. Queda mucho tiempo, pero por mientras debemos apostar para que todos los días del año sea el Día de la Mujer y para eso es importante tener en cuenta que el equilibrio de género nos afecta a todos como sociedad. Debemos trabajar en conjunto para cambiar la visión de que se trata de un problema exclusivo de mujeres y desafiar a todos a replantearlo como un problema humano que requiere soluciones concretas.