Este componente está presente en el 80% de las cosas con las que convivimos a diario y su consumo ha aumentado en las últimas décadas.
Es importante preferir productos con envases de vidrio -por ejemplo- y reutilizar o reparar artefactos y objetos que están fabricados con plástico.
El plástico se ha transformado en uno de los residuos de consumo más utilizados e importantes en el diario vivir. Aunque parezca increíble, casi todo lo que las personas utilizan está confeccionado -total o parcialmente- con plástico.
Por lo anterior, podríamos decir que el plástico es un producto que se ha instalado para quedarse, pues el consumo del mismo ha aumentado en las últimas décadas, aunque la gran mayoría va a parar a rellenos sanitarios, contaminando el suelo, ríos, lagos y mares.
“Se estima que un plástico puede tardar entre 100 y más de 500 años en degradarse”, explica la subgerente de Comunicaciones de Recupac, Javiera Gálvez, quien ejemplifica que “se ha calculado que en el mar hay 311 millones de toneladas, el equivalente a más de 900 rascacielos como el Empire State de Nueva York”. A su vez, “el consumo anual de plástico es de 300 megatoneladas, a nivel mundial, y el polietileno es el más común, cuya producción es de aproximadamente 80 millones de toneladas métricas al año y su uso principal es el de embalajes”, agrega.
Elementos y acciones
Por lo anterior, se hace sumamente importante conocer dónde encontramos plástico y la respuesta es que está presente en el 80% de las cosas: construcciones (viviendas, edificios públicos, oficinas y hospitales); transportes (trenes, aviones, barcos, motos, bicicletas, automóviles, micros y taxis); equipos electrónicos (teléfonos celulares y fijos, computadoras, ipad, tablet, televisores, cámaras); antenas y redes de cables; prendas de vestir (zapatos, poleras, polerones de polar, cinturones, ropa interior, chaquetas, calcetines, abrigos y parkas); útiles de aseo y electrodomésticos (cepillo de dientes, secador de pelo, alisador, cosméticos, cremas, shampoo, acondicionador y talco); pañales desechables y de tela; colchones, camas, sillones, sillas, escritorios y alfombras. Y así, “el número de elementos que contienen plástico es interminable”, sentencia Gálvez.
Dado que es un elemento que parece ineludible y ante la inquietud de qué hacer para que no sea contaminante, la ejecutiva plantea que, en primer lugar, “es importante tener consciencia de reducir lo máximo posible el consumo de plástico en el día a día, prefiriendo productos con envases de vidrio -por ejemplo-, ya que este residuo es infinitamente reciclable”. En segundo lugar, “intentar lo máximo posible reutilizar o reparar artefactos y objetos que sepamos estén fabricados con plástico”, dice, y por último, “generar consciencia de reciclar dichos objetos, pues si se hace no sólo se evita la muerte de animales, sino también se aporta en que la industria utilice menos químicos contaminantes en su proceso productivo”, enfatiza.