En marzo, un nuevo mandato presidencial comenzará en el país y las medidas planteadas en torno a la salud parecen tener un espacio fundamental en el programa de gobierno. Aunque las prioridades del presidente electo son reducir las listas de espera y elevar el número de especialistas en el sistema público, la incorporación de nuevas tecnologías también es uno de los aspectos claves.
Hacer un cambio en los recintos hospitalarios puede generar una gran diferencia en la experiencia diaria de uno de los protagonistas del sistema: Los médicos. Dejar atrás la antigua red de computadores con dispositivos que no cumplen con los propósitos y que retrasan las funciones básicas, para dar paso a escritorios virtuales que permiten acceder a los registros clínicos de los pacientes desde cualquier lugar del hospital y a través de cualquier dispositivo, no sólo se traducirá en una reducción de los tiempos de atención –un profesional puede destinar entre 5 a 10 minutos por caso-, sino que además contribuirá a mejores diagnósticos.
Según el Ministerio de Salud, Chile cuenta con 21 nuevos hospitales a lo largo del país. Sin embargo, si es que no se considera este aspecto –la incorporación de las TI- no se realizará un verdadero cambio en la cultura de quienes forman parte del sistema y se mantendrán deficiencias que van más allá de la atención o la infraestructura. Se trata de mejorar la eficiencia y facilitar el trabajo de los médicos, lo que beneficiará directamente a los usuarios de la red.
Sabemos que la inclusión de tecnologías no es un proceso sencillo y que puede resultar costoso. También estamos al tanto de la alta deuda hospitalaria que podría llegar a 230 mil millones de pesos; no obstante, subirse a la Transformación Digital debe tomarse como una inversión. El camino debe ser una implementación de las TI de manera gradual y en etapas, para así ir comparando los aspectos positivos que traen consigo, los que ya se pueden ver en centros asistenciales de varios países del mundo, donde los médicos valoran las modificaciones.
Se debe entender este cambio cultural como una inversión al sistema que, en el corto o mediano plazo, generará grandes ahorros en mantención y reparación de equipos, debido a que sólo requieren una supervisión centralizada. Mientras que los departamentos responsables de TI pueden enfocar sus esfuerzos y talentos en otros aspectos como la innovación.
El Congreso Nacional aprobó para este año una glosa de presupuesto para realizar, junto a la Organización Panamericana, un estudio de sustentabilidad que permita determinar la inversión que requiere el sistema de salud para mejorarlo. Consideramos que entre estas propuestas, la incorporación de tecnologías debe ser una de las necesidades de primera línea.
