Generalmente la eficiencia de las empresas es medida de acuerdo a su productividad, un concepto que engloba elementos que van más allá de los números, las ventas y los recursos económicos, porque considera además al capital humano que la integra. Un elemento clave que puede definir el éxito de la organización y donde el papel que cumple la comunicación interna para su satisfacción es clave.
Sabido es que para que una empresa sea exitosa, no sólo requiere de logros en sus ventas y/o servicios, sino de muchos otros factores como su reputación, del rol que cumple dentro de la sociedad, entre otros, y cuya labor no sólo es ejecutada por quienes lideran dicha organización sino por los trabajadores de la misma, que cumplen un papel clave y central.
En este contexto cabe preguntarse, ¿Qué sucede cuando la fuerza laboral de dichas organizaciones no se encuentra suficientemente motivada? La respuesta parece ser clara, y es que obviamente, el cumplir con las metas sería una tarea dificultosa.
Y de acuerdo a algunos estudios y cifras, esto pareciera ser un problema a nivel mundial. Tal como se expone en uno de los estudios State of the Global Workplace de Gallup, en todo el mundo, sólo el 13% de los empleados está emocionalmente comprometidos y enfocadas en crear valor para sus organizaciones, pero la gran mayoría de los trabajadores, a través de 142 países estudiados, no estaría comprometida o estaría activamente desconectada de su trabajo, lo que significa que son menos propensos a ser productivos y emocionalmente desconectados de sus lugares de trabajo.
Esto que pareciera ser un enorme problema, es considerado también como una oportunidad al interior de las organizaciones, que han entendido que es necesario orientar cada vez más esfuerzos para la calidad de vida laboral de sus funcionarios.
En esta línea, algunas tareas están en la senda de buenas herramientas de comunicación interna.
“Hoy en día la comunicación interna es una herramienta estratégica clave en las empresas, porque facilitan el flujo de la comunicación, con el objetivo de generar una cultura pertinente a la organización, sintiéndose valorados y motivados por ésta”, señala, el Decano de la Facultad de Comunicaciones y Diseño de la U. del Pacífico, Francisco Sólanich, quien está a cargo del Diplomado en Gestión Estratégica de Comunicación Interna.
El experto concuerda con la idea de que aquellas empresas que desarrollan planes de comunicación interna, tienen mejores resultados operacionales y al mismo tiempo, establecen mejores relaciones laborales entre los colaboradores. “Hoy las empresas deben tender a la horizontalidad, cambiando paradigmas, delegando responsabilidad y escuchando más a sus trabajadores. Las empresas y organizaciones que lideren procesos y servicios, serán aquellas donde se establezca una cultura basada en la confianza, donde se incentiven y promuevan los talentos y donde se utilice la tecnología al servicio de la organización”, agrega.
Sobre las principales herramientas que emplea la comunicación interna, Sólanich indica que es la misma tecnología la que permite crear redes internas de comunicación más atractivas, menos complejas, más horizontales, más directas y rápidas. “Sin embargo, lo importante no es solo contar con las herramientas, sino cambiar la cultura de esa organización. No sacas nada con tener herramientas 2.0 de comunicación interna, si antes no has cambiado la cultura organizacional. Si esa cultura sigue siendo 1.0, aunque tengas herramientas de comunicación interna 2.0, no tendrás éxito”, enfatiza el profesional.
El Decano de la Facultad de Comunicaciones y Diseño de la Universidad del Pacífico, comenta que un hoy son muchas las empresas que han desarrollado iniciativas de comunicación interna en forma exitosa y positiva. “Tales como en el rubro de la minería, en el vitivinícola, en la banca y en el retail. Son organizaciones que entendieron que deben mejorar las relaciones con sus colaboradores, que un trabajador contento y motivado, traerá mucho más rédito en todo ámbito: en los resultados esperados por la compañía, en el clima organizacional y en hacer una empresa grata para trabajar. Un buen indicador de éxito o fracaso podría ser la alta o baja rotación laboral que tiene una organización”, indica.