El trabajo conjunto entre el centro MERIC y la Universidad Católica de Chile otorgaría mayor viabilidad a proyectos de extracción de energía marina y potencialmente beneficiaría a industrias como la portuaria o la acuícola.
Desde de 2015, un grupo de investigadores del Centro de de Investigación e Innovación en Energía Marina (Meric) ha venido ejecutado diversos experimentos con el propósito de evitar la corrosión de estructuras marinas por medio de un revestimiento a base de un polímero semiconductor denominado PEDOT. La investigación interdisciplinaria, liderada por científicos de las facultades de Ingeniería, Ciencias Biológicas y Química de la UC, busca otorgar mayor viabilidad a futuros proyectos de extracción de energía marina y podría transformar a Chile en un polo de innovación en esta materia.
Los experimentos se han llevado a cabo en la Estación Costera de Investigaciones Marinas de Las Cruces (ECIM–UC). En ellos, se utilizan placas de acero inoxidable revestidas con PEDOT, estrategia que permite proteger al material de la corrosión, al mismo tiempo que evitar la proliferación de microorganismos sin contaminar el ambiente marino. La investigación y desarrollo de este tipo de estrategias representa una alternativa a las pinturas anti-fouling que encontramos en el mercado, las cuales utilizan metales y elementos tóxicos para evitar la proliferación de biopelículas corrosivas sobre las estructuras inmersas en el mar. Los resultados obtenidos han sido muy prometedores, el revestimiento con PEDOT retrasa significativamente el crecimiento de la biopelícula corrosiva sobre la superficie del acero protegido, luego de ser expuesto en agua de mar por varios meses.
Al respecto, Ignacio Vargas, académico del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Ambiental UC y líder del proyecto de corrosión marina en el centro MERIC, afirma que “hasta ahora, ninguna otra iniciativa interdisciplinaria había levantado información de base sobre la corrosividad o la agresividad de nuestras costas, ni en Chile ni en ningún otro país del Pacifico Sur. Aunque la motivación principal de nuestro estudio se enmarca dentro del área de las energías marinas, los experimentos que llevamos a cabo ofrecen la oportunidad de ser transversales y sus resultados podrían beneficiar a cualquier industria que requiera para su desarrollo infraestructuras marino-costeras”.
Cabe destacar que, en una primera etapa del proyecto, se ejecutaron diversos experimentos para determinar la identidad y rol de microorganismos colonizadores de las estructuras, además del efecto del potencial electroquímico de la superficie en la iniciación del proceso de biocorrosión. Los estudios se realizaron introduciendo placas de distintos tipos de acero inoxidable en tanques con agua de mar, sometiéndolos a condiciones de inmersión y también simulando el efecto de las mareas en condiciones de flujo continuo.
Actualmente, el equipo de investigación de MERIC, no solo posee una amplia batería de dispositivos experimentales para evaluar el rendimiento de distintos materiales y recubrimientos expuestos al agua de mar, sino que además cuenta con instrumentación y tecnología de punta para cuantificar y caracterizar los procesos de corrosión y crecimiento de biofilms corrosivos.
En líneas generales, los plazos establecidos para el proyecto sobre corrosión marina de MERIC se han cumplido de forma satisfactoria. Sólo en casos específicos, se han registrado pequeños retrasos, principalmente durante el montaje de los experimentos en ambientes marinos naturales como Las Cruces y Chiloé (Canal de Chacao), donde lo adverso del clima ha impedido la instalación o permanencia de algunos dispositivos de muestreo. Los desafíos futuros son poder ampliar la red de sitios de estudios, accediendo a distintas zonas costeras en el norte y sur del país. “Nuestra intención es estrechar lazos con la industria y que distintos desarrolladores puedan, no solo evaluar nuestras soluciones, sino también establecer colaboración para el uso de nuestra plataforma de experimentación y evaluación para la búsqueda de soluciones”, afirma Ignacio Vargas.
La nueva política energética para Chile plantea como uno de sus principales desafíos que al menos el 70% la generación eléctrica provenga de energías renovables al 2050, posicionando a Chile a la vanguardia en esta materia. En este contexto, el Centro de Investigación e Innovación en Energía Marina (MERIC) se encentra desarrollando dos líneas de investigación, una orientada a la comprensión de distintos aspectos de los potenciales sitios chilenos de recolección de energía marina, y otra dedicada al estudio de la adaptación para la instalación, mantención y uso de tecnologías en costas chilenas, espectro en que se desarrolla el estudio sobre corrosión marina.