Hoy en día se dice que los jóvenes están más desmotivados o incluso “indignados”, que no quieren participar en la vida pública y que no van a votar, pero eso es solo una parte de la realidad.
Hay una gran masa de personas, muchos de ellos jóvenes emprendedores, que creen que su trabajo SI puede hacer la diferencia. Han detectado necesidades en su comunidad, se han trazado metas ambiciosas y están trabajando duro por conseguirlas en distintos ámbitos, ya sea trabajando con personas en situación de calle o privadas de su libertad, en reciclaje, con pequeños artesanos que por décadas han sido marginados o bien prestando asesoría a empresas referente en el cómo mejorar su desempeño social y ambiental.
Todas estas empresas tienen un ideal común, en su ADN tienen incorporado el gen de la sostenibilidad, del valor social y/o ambiental; incluso al punto de estar definido en sus estatutos fundacionales. Estas empresas son conocidas con muchos nombres que se diferencian solo en la forma en la que aplican estos principios. Entre ellas encontramos Sistema B, Comercio Justo, Economía del Bien Común y muchas otras denominaciones de lo que podríamos llamar como Economías Sociales. Estas empresas viven y trabajan dentro del sistema convencional de comercio, pero utilizan sus herramientas para crear una huella, ya sea ambiental o social, que realmente signifique un cambio, incluso llegando a invertir en estas materias gran parte de sus utilidades.
Estas empresas tienen muchos ideales y excelentes ideas, pero, como todo emprendimiento, necesitan del apoyo de otras empresas que lleven un tiempo ya transitando estos caminos y que puedan generar demanda. Es por este motivo que Sistema B y Emprediem se han unido nuevamente para producir la segunda versión de “Negocios con Impacto”, iniciativa que busca poner en contacto empresas de todos los tipos y tamaños, pero que las une una misma visión: creer que el mundo puede ser un lugar mejor.
Por lo anterior, es muy importante que todas las empresas que se preocupan de algo más que la última línea de su balance, no se resten de participar para conocer a cada uno de sus actores, ver sus productos y servicios y escuchar sus propuestas. Por la experiencia personal de la primera ronda en la cual participamos, podemos decir que no se arrepentirán ya que siempre se encontrarán excelentes ideas que pueden llegar a solucionar los problemas que cada organización tiene y a formar más de alguna alianza estratégica que aporte a generar un mercado cada vez más inclusivo y solidario.
Extendemos las felicitaciones a los organizadores, ya que no es fácil trabajar por una economía más solidaria y mostrar al mundo que este tipo de negocio no solo hace bien a la sociedad y el planeta, sino que también son rentables y pueden generar riqueza a toda la cadena productiva. Estuvimos en esta segunda versión de “Negocios con Impacto”, para seguir buscando socios comerciales que tengan ideales parecidos a los nuestros e ideas que de seguro no ayudarán a mejorar nuestro desempeño.